El escalador se reafirma en sus críticas a Miss Oh, aunque de forma más moderada, y asegura que siente un gran respeto por los sherpas y que nunca ha tratado a ninguno de ellos «como un esclavo»
03 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Dicen los que lo conocen que el Annapurna nunca deja indiferente. El recuerdo que tenía de él Juanito Oiarzabal no podía ser mejor. Hace once años aquí acabó sus primeros catorce ochomiles. Sin embargo, lo que no podía imaginar es que su vuelta iba a resultar tan amarga, con el fallecimiento de Tolo Calafat, uno de sus compañeros de expedición. Sus duras palabras hacia los sherpas de Miss Oh y hacia la propia coreana han dado la vuelta al país. Tres días después, el alpinista vitoriano se reafirma, aunque de forma más moderada. Y aclara que él nunca quiso ofender a los sherpas.
-¿Cómo se encuentra, tanto física como anímicamente?
-Hemos vivido momentos muy duros, como cuando tuvimos que llamar a Marga, la mujer de Tolo, para contarle el desenlace de todo. Pero poco a poco lo iremos superando. No ha sido la primera vez ni será la última. Es la ley de estas montañas. También hemos estado muy preocupados por los sherpas que han bajado andando. En ese sentido nos hemos llevado una alegría. Y, en cuanto a lo físico, tengo los pies con algunas congelaciones, que no son graves pero sí muy dolorosas.
-¿Qué sucedió cuándo le pidieron ayuda a Miss Oh?
-Era la única que nos podía ayudar. Tenía con ella los sherpas más fuertes y en el campo 3 otros tres de refresco que no habían ido a la cumbre. Le pedimos que nos ayudase. Vimos que no tenía autoridad con sus sherpas. No sabemos si porque de verdad no podía o porque no quería. Estuvimos toda la mañana negociando y en ese contexto llegamos a ofrecerles 6.000 euros para que nos ayudaran.
-Les acusan de haber tratado a los sherpas como esclavos.
-No he tratado a nadie como un esclavo?Les pedimos ayuda y me indignó su actitud tan insolidaria.?Pero que no entienda su actitud no quiere decir que los haya tratado como esclavos. Ni ahora ni nunca. Llevo toda mi vida dedicada al Himalaya, he trabajado con muchos sherpas y jamás los he tratado así. Para mí han sido como una familia y siguen siéndolo. Nunca se me ocurriría pensar que los sherpas están ahí para servirnos a nosotros. Todo lo contrario. Están ahí para ayudarnos.?Y lo hacen previo pago, como profesionales que son. No he querido ensuciar su imagen.
-Algunos dicen que ustedes delegaron en los sherpas una responsabilidad que era suya.
-Carlos y yo estábamos en el campo 4. Él, casi ciego. Yo, con congelaciones. Ambos totalmente agotados. Nosotros no podíamos hacer nada más que aumentar la tragedia. Si me hubiese quedado un gramo de fuerza, habría subido a por Tolo.?-¿Qué reflexión hace sobre el comportamiento de Miss Oh??-He tratado muchos años con coreanos. Tienen una actitud ante la vida y la muerte distinta a la nuestra. Gi, la primera coreana que intentó hacer los catorce ochomiles, se mató en el Annapurna. Al bajar de la cumbre, los coreanos y nosotros dormimos en el campo 4 y a la mañana siguiente, con Gi sin aparecer, se fueron para abajo sin esperar ni un minuto. El concepto que tienen de la vida difiere totalmente del nuestro. Pero eso no les justifica para tener un comportamiento absolutamente insolidario.