El colectivo de Pablo Alfaro no puede fallar ante el Osasuna B si no quiere empezar a decir adiós a la promoción
18 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.No hay vuelta de hoja. El Pontevedra está obligado a dar buena cuenta del Osasuna B en Pamplona para seguir vivo en la ardua lucha por meterse en la fase de ascenso a Segunda División (17.00 horas, campo de El Tajonar). Todo lo que no sea ganar significaría dar un arriesgado paso hacia el precipicio de la desolación, que ya invadió a los aficionados granates al término de la pasada temporada.
De hecho, una derrota podría acabar con buena parte de las ilusiones del vestuario granate porque la cuarta plaza estaría en disposición de distanciarse hasta los seis puntos en el caso de que los tres rivales directos sacasen adelante sus respectivos compromisos. Y solo quedarían nueve por disputarse.
Una complicada carambola
Así las cosas, solo una rocambolesca carambola, que nunca se produce, podría evitar el varapalo de quedarse fuera de la lucha por retornar a la élite del fútbol español por segunda temporada consecutiva.
Y lo cierto es que un empate tampoco servirá de mucho porque el calendario es de aúpa ya que el Pontevedra aún tendría que disputar dos encuentros más fuera, en Izarra y en Mendizorroza con el Alavés, y solo uno en Pasarón ante la Lemona.
Los transistores echarán humo
Los aficionados granates estarán muy pendientes de lo que ocurra en Pamplona, pero también en los otros tres escenarios con importantes puntos en juego. La Nueva Balastera será un destacado foco de atención porque el Palencia es la principal referencia del Pontevedra en la clasificación, y no solo porque esté más cerca, sino sobre todo porque sigue pareciendo el rival más débil.
No hay que olvidar que los jugadores castellanos debutaron este año en la categoría, tras conseguir un brillante ascenso en junio del 2009, y que lo han pasado mal para superar un bache que estuvo a punto de expulsarlos de la zona noble.
Derbi en La Nueva Balastera
Enfrente tendrán a la Cultural, que ha logrado salir a flote después de coquetear con el descenso durante tres cuartas partes del torneo. No hay un favorito claro porque en un derbi puede pasar de todo y los leoneses querrán superar la cifra mágica de los 45 puntos y dar carpetazo a la angustia.
Y, como en toda situación siempre hay negros, grises y blancos, el cielo se vería parcialmente despejado en el caso de que el Palencia sufriera un traspiés mayúsculo. El Pontevedra, siempre que gane, se acostaría entonces en la promoción y el calendario ya no parecería an inquietante.
El Alavés aún lo tendrá más complicado para sumar los tres puntos porque estará obligado a lidiar ni más ni menos que con la Ponferradina, que continúa invicta en el 2010.
El conjunto leonés perdió su último partido el pasado 22 de diciembre en el campo del Izarra por 2-1. Desde entonces ha seguido una trayectoria inmaculada en la que únicamente ha cedido tres empates sin goles en casa contra Zamora, Barakaldo y Palencia y otros tantos fuera frente a Éibar (2-2), Mirandés ?(1-1) y Pontevedra (0-0), hace un par de semanas.
Puede jugar con los suplentes
No obstante, el hecho de que los jugadores de José Carlos Granero ya se hayan proclamado campeones de liga, y que por lo tanto no se jueguen nada en los tres próximos compromisos, puede jugar a favor del Deportivo Alavés.
Y es que nada sería de extrañar que el técnico de la Ponferradina optara por dar descanso a buena parte de sus jugadores habituales para que lleguen lo más frescos posibles a la primera eliminatoria de ascenso. En esas condiciones, los vascos serían claros favoritos a hacerse con los tres puntos. Esa duda quedará despejada a las seis de la tarde, hora de inicio del encuentro en El Toralín.
Éibar-Lugo en Ipurúa
Pero la afición granate también intentará estar al tanto de lo que ocurra en el histórico Ipurúa. El Éibar es el que tiene el calendario más asequible de los cuatro equipos que se disputan las tres últimas plazas de la promoción, pero eso en un final tan apretado no es ninguna garantía de éxito.
Un pinchazo frente al Lugo, cuyos últimos resultados apuntan que ha salido de la crisis que le hizo perder sus opciones de jugar la promoción, podría hacer crecer la inquietud en un vestuario que parece llegar muy justo de gasolina mental al tramo decisivo del campeonato.