La relación de Víctor Fernández con las rías Baixas es anterior a su llegada al Celta. Siempre se ha declarado un enamorado de esta tierra y por eso no oculta que entrenar al equipo vigués le produjo unas sensaciones muy placenteras.
-Vigo o Sanxenxo, siguen siendo su segunda casa. ¿Es el lugar donde más cómodo ha estado en su carrera?
-Es un lugar en el que me he sentido muy feliz en mi faceta laboral y personal. Tengo una casa allí y voy todos los años. Tengo dos ilusiones, ascender con el Betis y luego irme inmediatamente a Galicia.
-¿Qué es lo que más echa de menos de esta ciudad?
-De Vigo echo de menos todo. Los paseos por Samil, la playa de O Vao, Toralla, las calles empinadas pero con un olor especial. Cuando pienso en un espacio en el que me sienta feliz, pienso en Vigo.
-Por cierto se ha retirado Makelele...
-Me alegro de haberlo entrenado, disfrutado, y compartir grandes momentos con él. El Celta hizo un extraordinario negocio porque ganó con él más de doce millones de euros. Se retiró uno de los grandes en su puesto.
-¿Cuál es el mejor jugador que ha entrenado?
-Mostovoi era un jugador especial y diferente. Dirigirlo era un espectáculo. Un genio del fútbol, un jugador mágico y como genio había que tratarlo y respetarlo.