Rafael llegó de Castellón a primera hora de la mañana tras un largo viaje por carretera y hoy partirá hacia Brasil, tras sellar su compromiso con el Lobelle por tres temporadas. Entre medias, cumplió con el protocolo de la presentación y explicó como se fraguó su fichaje. Asegura que cuando le llegó la oferta no se lo pensó dos veces, porque los informes que había recabado sobre el club eran todos muy positivos. «Es un equipo que siempre está ahí -comentó-, peleando con los primeros». Quiere aprovechar la oportunidad que se le brinda y se confiesa atraído por «la posibilidad de hacer algo grande».
El nuevo jugador del Lobelle se define como un ala cierre, preparado para asumir cualquiera de las demarcaciones. Y, habida cuenta que Carlinhos deja el equipo, intuye que tendrá más minutos en la retaguardia que en los costados.
Rafael confía en adaptarse pronto al colectivo y presiente que el tipo de fútbol sala por el que apuesta Tomás de Dios le vendrá bien a sus características: «Le gusta jugar con movilidad y rapidez y creo que puedo aportar cosas ahí».
El presidente, José Antonio Lobelle, hizo hincapié en la rapidez con la que el club se ha movido para cubrir la vacante de Carlinhos. Y evitó desvelar si habrá más fichajes.
De momento, reconoció que tanto él como el entrenador ya se han reunido un par de veces para tratar de dejar zanjado esta misma semana, entre hoy y mañana, el capítulo de las bajas. Sobre todo en el caso de los cuatro jugadores que acaban contrato (Manu, César, Marcos Vara y Palmas), para que empiecen las vacaciones sabiendo si tienen opciones de continuar o bien finalizan su etapa en el club.
Presupuesto similar
Lobelle también confirmó que espera manejar la próxima campaña un presupuesto similar al de esta o incluso algo por debajo. Asegura que eso supone un esfuerzo, teniendo en cuenta que los tiempos no son los mejores para conseguir más recursos económicos. Pero el próximo año la Copa se disputará en Santiago y el club anhela hacer un buen papel ante su afición.