Anotó 24 puntos, 7 de ellos en la prórroga, en el segundo triunfo de los Lakers y anuló al mejor pívot de la NBA
09 jun 2009 . Actualizado a las 02:58 h.Tenía que ser Gasol. Después de amargarle la noche a la superestrella Dwight Howard con un excelente marcaje, apareció en los momentos clave del segundo partido de la final de la NBA para encarrilar la serie (2-0). Anotó 24 puntos, 7 en la prórroga, en la victoria de los Lakers sobre Orlando Magic (101-96).
Las estadísticas son demoledoras. El 94% de los equipos que inician la final con un 2-0 acaban haciéndose con el anillo. La próxima madrugada (3.00 horas, Digital+), la serie se traslada a Orlando, en donde deben disputarse los próximos tres partidos, siempre que sea necesario un quinto. Una de las claves de la final está siendo la extraordinaria defensa de Gasol sobre la estrella de los Magic, Howard. Supermán está desquiciado. No es capaz de desplegar su juego espectacular porque el español no lo deja respirar. En dos partidos jugados solo ha podido exhibir uno de sus estratosféricos mates. No puede con él.
Decidió en la prórroga
El español se enfundó el uniforme de salvador. Anotó la canasta que forzó la prórroga e intimidó el lanzamiento de Courtney Lee, a seis décimas del final del último cuarto, que hubiera dado la victoria a Orlando. En la prórroga anotó siete puntos seguidos, de los que cinco fueron en el minuto y medio definitivo. El Staples Center se rindió a sus pies. Pau Gasol acabó con 24 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y un tapón.
El segundo duelo volvió a demostrar que Phil Jackson tiene razón. Al técnico, que busca su décimo título, no le gusta que Bryant intente ganar él solo, aunque para ello anote 40 puntos, como en el primer choque. Los Lakers se fueron al descanso ganando. Su estrella solo había intentado cinco tiros (6 puntos), había repartido cinco asistencias y su equipo jugaba como tal. Llegó la segunda parte y Kobe apostó por el individualismo. Se apoderó del balón (10 de 22 en tiros) y Orlando remontó. Acabó con 29 puntos, pero casi pierden.
«¿Tenéis la voluntad de competir en esta serie, sí o no?», comentó con tono amenazador el sargento Van Gundy a sus súbditos de los Magic durante un tiempo muerto en el segundo cuarto. «Estáis jugando igual de mal que en el primer partido», añadió desafiante. Frases como estas sirvieron para herir en el orgullo a sus jugadores. Resucitaron Rashard Lewis (34 puntos) y Hedo Turkoglu (22), y a base de triples (9) demostraron por qué Orlando está en la final. Les faltó muy poco para llevarse el partido, solo tener a Gasol.