Aranzubia salva el pasaporte

Rubén Ventureira

DEPORTES

El árbitro colaboró en el gol del Málaga y señaló una pena máxima inexistente de Manuel Pablo

26 abr 2009 . Actualizado a las 12:31 h.

Apoño llevaba siete de siete en lanzamientos de penalti. Hasta que se topó con Aranzubia. El meta riojano salvó el pasaporte europeo del Dépor en el minuto 88. Fue un acto de justicia deportiva, pues el Málaga se había adelantando injustamente gracias a que el árbitro vio falta del portero blanquiazul en una jugada en la que él era la víctima. Fue así, con esa parada magistral, como un Dépor que siempre buscó la victoria se fue con un empate más que merecido.

De entrada, Lotina se desmelenó como nunca esta temporada. Por primera vez, alineó a dos delanteros y prescindió del mediapunta. Optó por un 4-2-3-1 con Lassad detrás de Bodipo. Pablo Álvarez y Guardado, cambiados de banda al inicio del encuentro, completaban la apuesta ofensiva de un Dépor que de entrada se mostró ambicioso ya desde la defensa, muy adelantada. Tapia, que clavó el 4-2-3-1 del Dépor, también sorprendió al sentar a Eliseu y colocar en su lugar a Luque, quizá apelando al factor sentimental por aquello de que enfrente tenía a un ex.

A ese Dépor echado p'alante del primer tiempo le faltaba procesar un poco más el fútbol en el mediocampo y precisión en el último pase. Intentaba llegar al área andaluza combinando, pero solo generaba peligro con disparos desde fuera del área, como uno de Lassad (min 22).

Los de Lotina conseguían ahogar al Málaga presionando muy arriba y con la zaga plantada más cerca del círculo central que del área de Aranzubia. Así marchaba el partido, bajo control para un Deportivo muy juntito y armonioso en la basculación, hasta que llegó la jugada polémica de la semana. Aranzubia quiso sacar rápido y se cruzó con Salva a unos pasos de la raya del área grande. Se le cayó la pelota y la volvió a coger con ambas manos. El colegiado catalán, Álvarez Izquierdo, sorprendió a los presentes, de uno y otro color, señalando libre indirecto. El público, que nada había reclamado, celebró el regalo con estruendo. Y muchísimo más cuando Luque pateó la pelota con violencia, aunque sin colocación esquinada, a las mallas. Corría el minuto 33. Impulsado por la rabia, el equipo coruñes asustó con una falta-chut de Guardado y un disparo cruzado de Pablo Álvarez.

Lleva el Dépor en las piernas 17 partidos más que el Málaga, pero no se notó en la segunda mitad, en la que se volcó en el área rival. El Málaga buscaba la salida rápida, pero Luque confundió lo raudo con lo precipitado, y permitió que Sergio le guindase una pelota. El catalán avanzó hacia al área, cedió a la izquierda mirando al tendido y allí apareció Guardado, que la centró para que Sergio la peinase a las mallas (min 49).

Crecido por el empate, el Dépor se fue a por la victoria. Embotelló al Málaga y tuvo cuatro llegadas claras en cuatro minutos. Después bajó un poco el pistón ofensivo, pero siguió llegando con más fluidez que su rival guiado por un Guardado intensísimo. Los locales se acercaban a arreones, y en uno de ellos Luque le ganó la espalda a Manuel Pablo y lanzó al larguero. El Dépor replicó con un gol de Riki que el árbitro anuló por una presunta falta de Lassad. Con el partido loco, Luque volvió a desbordar a Manuel Pablo, y acabó rodando por el área. El árbitro señaló una pena máxima inexistente, ya que la posible falta se produjo fuera del área. La ejecutó Apoño, el infalible. Pero allí estaba Aranzubia.