El registro goleador del camerunés tiene como precedente más cercano el del brasileño, que también llevaba 26 goles en la jornada 29 hace quince temporadas
06 abr 2009 . Actualizado a las 18:33 h.«¿No querían un salvador de la patria? ¿No necesitaban un héroe? Pues ya lo tienen». Ahí andaba Romario, en el verano del 94, cerrando con la Copa del Mundo para Brasil su mejor temporada sobre el césped. Fue elegido jugador del torneo en Estados Unidos, se llevó el FIFA World Player y el reconocimiento como mejor extranjero en la Liga española, donde empujó al Barça a sumar un nuevo título y se convirtió en el Pichichi con unos registros que emulaban a los de Hugo Sánchez o el atlético Baltazar.
Quince años más tarde, a aquel que para Valdano fue jugador de dibujos animados le ha salido un replicante en ambición, arrogancia y cifras, con pocas similitudes en estilo de juego. También al servicio del Barcelona, Samuel Eto'o igualó tras el encuentro ante el Valladolid los registros de O Baixinho, que en aquella temporada 93-94 sumaba 26 tantos en 29 partidos. Desde entonces, nadie en la Liga atesoró tal voracidad goleadora.
Al ritmo al que va el camerunés y si mantiene su promedio de aciertos, amenaza con acercarse a los números del récord anotador que comparten el ex jugador mexicano del Real Madrid y actual técnico del Almería, y Telmo Zarra, al servicio del Athletic. El primero sumó 38 dianas en la 89-90, mientras que el segundo lo había hecho en la 50-51. Aún sin alcanzar esa cifra, parece seguro que nadie podrá discutir a Eto'o la Bota de Oro europea. Su máximo rival, el austríaco Marc Janko, se ha estancado en los 33 goles en el Salzburgo y la Liga de su país tiene un coeficiente de 1,5 para cada tanto, frente al de 2 que reciben los anotados en España.
El ariete del Barça demuestra además una enorme eficacia de cara a puerta, pues marca cada 4,3 remates. Sus competidores por el Pichichi lo hacen cada 4,9 (Villa) y cada 4,6 (Forlán). En su equipo, Messi, que lleva 19 goles, necesita chutar más de cinco veces para hacer uno. El camerunés ha hecho diana con el pie derecho (20 veces), el izquierdo (5) y la cabeza (1). Su único problema está en los once metros. Solo ha convertido dos de los cuatro penaltis que ha lanzado.
Culebrón veraniego
La hemorragia de datos estuvo a punto de desaparecer de un plumazo antes aún de iniciarse. El pasado verano nadie apostaba porque Eto'o fuera a permanecer a las órdenes de Guardiola, que un 18 de junio aseguró que planificaba la temporada sin él, Deco y Ronaldinho. Portugués y brasileño salieron rumbo a Londres y Milán, pero, ya fuera por falta de ofertas interesantes o por el trabajo del ariete, el técnico del Barça anunció dos meses más tarde que el jugador se quedaba «porque quiere él y porque quiero yo». Prudente en sus pronósticos, el míster aventuró entonces que el camerunés sería de ayuda «porque tiene un talento inmenso».
Guardiola volvió a hablar de su delantero hace un par de semanas y en esa ocasión pidió «respeto» para el jugador a los medios de comunicación. Quiso acallar los numerosos rumores surgidos después de que el futbolista se negase a posar con la camiseta blaugrana en una entrevista para Sportsweek : «No me gustan los jugadores que besan su camiseta tras marcar un gol porque no dudarán un segundo en cambiar de equipo si al día siguiente alguien les ofrece unos millones más. El club de mi corazón es el Mallorca y actualmente trabajo para el Barça». De ahí a especular con el cambio de aires en verano hubo un paso. Uno más en la larga serie de polémicas con el camerunés como protagonista.
Pero así es Eto'o. «Yo no me muerdo la lengua, no me puedo quedar callado ante lo que me parece incorrecto (....) Para algunos eso es bueno y para otros no». Aunque la frase es de Romario.