Rubén Pardo negó al Ourense el premio a su valentía en inferioridad

CDLUGO

La escuadra lucense elevó el ritmo con sus hombres de refresco tras la expulsión del central Portela

20 ago 2008 . Actualizado a las 10:03 h.

El plantel del Club Deportivo Ourense volvió a O Couto para llevar a cabo otro test de preparación con vistas a la temporada liguera, frente a un Lugo que presentó dos conjuntos que mezclaron teóricos titulares y jugadores de los que intentan convencer a Fonsi Valverde para quedarse en el plantel.

Los forasteros ganaron en un alarde de efectividad, pero de salida, los anfitriones intentaron mantener el ritmo más alto posible en su presión sobre el contrario, pero la única salida que encontraron para sus balones jugados fue la que ofrecía Moisés Pereiro, que pronto llamó la atención de los marcadores lucenses.

Ni en una ni en otra portería se creaba peligro real, aunque ambos técnicos tuvieron que llamar la atención varias veces a sus zagueros por diversos despistes, que en todo caso no fueron aprovechados por unos delanteros sin chispa, debido a la evidente carga de trabajo.

Hasta después del primer cuarto de hora no llegó la primera oportunidad clara, que protagonizó el visitante Make, al cabecear fuera un centro medido de Losada. El Ourense seguía manejando más el esférico en la medular, pero le costaba romper la ordenada barrera de su rival, hasta el punto de que tuvo que aguardar al tramo final de este período, por medio de un Martín que remató flojo a las manos de Javi Muñoz.

Tras el intermedio, los hombres de refresco del Lugo parecían capaces de aumentar la intensidad del choque y, en apenas un minuto, Arroyo puso a prueba los reflejos de Berto que envió a córner un lanzamiento de libre directo.

Cambio de rumbo

Pero cuando parecía que el Lugo podía apoderarse de las operaciones, el colegiado ourensano mostró la segunda tarjeta amarilla a Portela tras una entrada a Losada y esa expulsión espoleó a los anfitriones, que se entregaron a fondo para contener a un enemigo en el que entraban jugadores con muchos recursos en ataque, como Durán o Rubén Pardo.

Fue en la portería forastera donde llegaron las ocasiones más claras, ya que el joven Sanginés se encontró con la atinada respuesta de Javi Muñoz en dos incursiones en las que puso en peligro su meta. También a balón parado Antonio intimidó al cancerbero, como Durán en el otro lado, al encontrarse con la manopla de Berto. Eso sí, para mover el marcador sólo apareció en los últimos compases un artillero como Rubén Pardo.