«Era una impotencia estar en el Palau y no poder ayudar»

Agencias

DEPORTES

01 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El escolta Juan Carlos Navarro aclaró ayer, durante su presentación como nuevo jugador azulgrana, que no regresa al Barça por dinero, «sino porque quería volver a casa», y jugar en su «club de siempre».

Tras una temporada en el Memphis Grizzlies cobrando el salario mínimo (500.000 dólares), Navarro tenía pensado esperar a los movimientos que preceden al draft de la NBA para decidir si su futuro seguía en la Liga estadounidense o regresaba a Europa.

Sin embargo, la oferta del Barcelona, que lo convierte en el jugador mejor pagado de la historia del club las cinco próximas temporadas y el hecho de que el jugador todavía adeudaba al club catalán buena parte de los 1,3 millones con los que debía indemnizarlo por su marcha a la NBA, han precipitado su decisión. La Bomba ha insistido, no obstante, en que su regreso a la disciplina azulgrana «no ha sido por un tema económico», sino una cuestión puramente sentimental. «Al acabar la temporada, cuando viene de nuevo aquí, sentía impotencia cuando veía los partidos de play off en el Palau y no podía ayudar al equipo. Ha sido una decisión que me ha salido de dentro», ha argumentado.

El escolta del Barcelona ha calificado de positiva su corta experiencia en la NBA, en la que ha promediado 10,9 puntos y 2,2 asistencias en 25,8 minutos de juego en una temporada, además de haber participado en el All-Stars de los novatos y de haberse quedado muy cerca del récord de triples de un debutante en la Liga estadounidense.

Aseguró que en Memphis ha aprendido «a jugar un papel secundario», pero que necesitaba «más presión» y que en el Palau volverá ser «un referente», que es lo que necesita para rendir a su mejor nivel. «Asumiré toda la responsabilidad que tenga de mi parte para ganar los máximos títulos posibles en estos cinco años que estaré aquí», aseguró la Bomba , que aspira a retirarse como azulgrana, quién sabe si a los 33 años, cuando expire el contrato que acaba de firmar.

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, subrayó que el de ayer «era un gran día porque vuelve a casa un hijo del Barça» y, negó que la vuelta de Navarro tenga fines electoralistas con vistas a la moción de censura del próximo 6 de julio.

Bajo control

«La entidad está bajo control y bien gobernada en el aspecto económico y social. Todo lo que son altas y bajas llevan su ritmo habitual, de hecho, el que permiten las negociaciones, y no se buscan golpes de efecto sino el equilibrio del equipo», explicó Laporta. Otro de los que se alegra del regreso de Navarro al Barça fue el secretario técnico de la sección, Joan Creus, que calificó al escolta como «un jugador determinante, creativo y que engancha con la afición».