La huelga del Arousa revela que la crisis del fútbol gallego llega a los modestos

DEPORTES

02 may 2008 . Actualizado a las 03:35 h.

Hace apenas unos días, los jugadores del Levante ponían en un brete a la todopoderosa Liga de las Estrellas. La plantilla del club valenciano, harta de falsas promesas, amenazaba con no disputar el encuentro que le debía enfrentar al Huelva si no cobraba las nóminas que tenía pendientes. Como no podía ser de otra forma -una alteración de la competición de tal calado provocaría probablemente reacciones desaforadas entre los seguidores de los posibles clubes damnificados por una incomparecencia de los levantinos-, el asunto se arregló y el cuadro azulgrana jugó su partido.

La crisis, sin embargo, no es propiedad privada de los grandes. Lo sucedido en el Arousa es el último ejemplo. El club de Vilagarcía adeuda a sus jugadoras las nóminas de los meses de marzo y abril (alrededor de veinticuatro mil euros en total), y la plantilla decidió en la noche del miércoles que no volverá a entrenar hasta que la directiva abone las mensualidades.

Reflejo

La crisis del Arousa no deja de ser un reflejo de la que afecta al fútbol gallego, incluso en sus categorías más modestas. En el caso arousano, los números con que la directiva cerró la pasada temporada reflejaban un déficit de 124.000 euros. El presidente, José Manuel Gómez, sostiene que la deuda ya es menor y debe rondar los 110.000. El principal acreedor es Hacienda (al final de la pasada campaña se le debían 44.453 euros), pero el Arousa ha llegado a un acuerdo con ese organismo para hacer seis pagos al año y reducir la deuda anualmente en 14.400 euros. Hasta ahora, afirma Gómez, los deberes con Hacienda se han cumplido de manera escrupulosa (la amenaza de un embargo no es en absoluto un fantasma para los clubes modestos).

La situación deportiva no es asfixiante en el equipo de Vilagarcía, que ya ha asegurado su permanencia en la categoría, y probablemente eso ha pesado en los jugadores a la hora de tomar la decisión, puesto que en ocasiones anteriores ya hubo algún retraso a la hora de cobrar. Para el Arousa tampoco es nueva una crisis de este tipo. Allá por 1991, los jugadores del conjunto arlequinado llegaron incluso a protagonizar un encierro durante el mes de diciembre que amenazó con hacerles pasar los festejos navideños en los vestuarios de A Lomba.

Otros casos que pueden explotar en cualquier momento son el del Lemos, por ejemplo. Sus jugadores, que llevan cuatro meses sin recibir dinero del club, realizaron un plante durante una semana en enero. Fue la última vez que cobraron.

Igualmente, la situación del Lalín es delicada en el plano económico.