En el mundo del fútbol la tranquilidad viene generada por los resultados favorables del equipo del que uno es seguidor, dirigente o pertenece al plantel. Hay casos tan fuera de la lógica como el del valencianista Koeman y su triste soledad, que resulta inexplicable si no fuera porque «el fútbol es así», según la popular frase de Arsenio, al que, dicho sea de paso, encontré ayer muy contento por la exhibición del Deportivo de veteranos, que barrió al Betis en Ferrol, en fútbol indoor.
Mientras el preocupado Koeman sigue a la espera del resultado de San Mamés, la tranquilidad es general en la gran familia deportivista, que mira con más curiosidad que temor al marcador de Pamplona, adonde llega el equipo libre de esos temores que agobiaron a sus seguidores desde que comenzó la Liga. Los 43 puntos con los que aparece en la clasificación siguen ahí, no corren peligro, y todavía pueden ir a más, como se espera, pero nunca a menos, algo que le puede suceder a otros equipos si el Levante termina retirándose del campeonato, según se rumorea en los últimos días.
En caso de retirada, los partidos de la segunda vuelta serían anulados, con el consiguiente baile de puntos y su supresión a aquellos que los sumaron frente a los levantinos. Esta es una novedad, pues antes, en casos como el que comentamos, se daban por no jugados todos los partidos desde la primera jornada del campeonato de Liga.
El Dépor jugó y ganó en la primera vuelta, así que la tranquilidad coruñesa está asegurada, va a más y, si acaso, como dicen algunos, mirando para la Intertoto.