Esta tarde en O Vao se inicia la Copa Galicia con este partido cargado de emotividad a falta de trascendencia
09 abr 2008 . Actualizado a las 17:33 h.El azar quiso que la Copa Galicia hiciese de puente para unir las carreras de dos ex célticos alejados ahora del club vigués, pero en su día santo y seña del celtismo. Javier Maté, como técnico, y Everton Giovanella, en el campo, tendrán la oportunidad esta tarde de reencontrarse con el Celta ahora defendiendo los colores del Coruxo. El morbo está servido en O Vao por el lado del que fue director de la cantera, y la nostalgia, por la del jugador más querido por la afición de la última década.
«Para mi es una felicidad poder jugar contra el equipo en el que más tiempo estuve y con el que me identifico plenamente. Va a ser una oportunidad de despedirme de los aficionados del Celta que acudan a O Vao. Si hubiese podido ser en Balaídos mejor, pero es una oportunidad que me ha brindado el destino y quiero aprovecharla», decía ayer Giovanella. El medio centro, tras dos años apartado de los terrenos de juego por la polémica sanción por dopaje, ha vuelto en esta campaña a jugar en Tercera. Esta tarde Giovanella tratará de abstraerse de sus sentimientos al medirse al club en el que pasó siete años de su carrera. «Cuando ruede el balón, nosotros le vamos a poner toda la ilusión porque el Coruxo es un equipo más pequeño».
Giovanella no pudo despedirse en el campo. El Celta no pensó en él para los terrenos de juego en Segunda, y el hispano-brasileño lo entiende. «No tengo ninguna espina clavada. El director deportivo decidió que no contaban conmigo pero hay que encararlo sin ningún tipo de rencor hacia nadie porque solo puede tener buenos recuerdos del Celta». Curiosamente, se puede medir al único portero -Esteban- al que le marcó un gol con la camiseta celeste. Esa no era su faceta pero advierte de que «si le vuelvo a marcar un gol a Esteban, creo que se retira ya. Dos goles míos, no lo soportaría. No sé si jugará pero es anecdótico porque él encajó mi único gol con la camiseta del Celta en Oviedo. Es mi amigo y creo que disfrutaremos de estar juntos un poco».
Giovanella ha llevado mal su cambio, sobre todo, por entrenar de noche. El próximo mes de julio regresa a Brasil después de quince años en Europa. Tiene idea de seguir haciendo cosas ligadas con el deporte pero lo primero será ponerse a trabajar con su empresa de paneles solares y energías alternativas. Reconoce que con sus dos hijos criados en Vigo la marcha será dura, pero no cierra la puerta a su vuelta, «aunque sea para venir de vacaciones».