El éxito de un sistema y la eficacia goleadora del Dépor

DEPORTES

07 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Marcar tres goles en casa del (hasta ayer) equipo menos goleado de Primera División es un dato que habla por sí solo del excelente partido del Dépor en Santander. Pero aparte de la indudable eficacia goleadora del equipo, con Xisco en estado de gracia, la clave de la victoria en El Sardinero hay que buscarla otra vez en la disposición táctica del equipo.

En El Sardinero se ha demostrado nuevamente lo difícil que resulta jugar contra el Deportivo. Todos los equipos, sin excepción, se atascan en el 5-4-1 de los blanquiazules, incluido este Racing ubicado en puestos europeos y con magníficos números en su campo.

El Deportivo no deja jugar, su posicionamiento atasca la circulación en la media y el rival no sabe cómo atacar la línea de cinco defensas. Si además se trata de un equipo que intenta avanzar y busca soluciones ofensivas, no tarda en dejar espacios atrás que el conjunto coruñés aprovecha cada vez mejor.

Esos espacios surgen incluso por el centro, así que aunque la teoría dice que es más sencillo atacar por las bandas un buen dispositivo como el del Racing, en la práctica el peligro llegó sobre todo por el medio, como prueban las jugadas de los dos primeros goles.

El de Xisco, en el minuto 1 del partido, es un ejemplo de todo lo que debe hacer un delantero centro cuando juega de espaldas a la portería: buen desmarque para recibir cómodo y cerca del área, excelente control para mantener la iniciativa, perfecta orientación en el giro lateral para abrirse un hueco y remate pegado al palo. Era la jugada favorita del mejor Tristán, el de los buenos tiempos.

El segundo tanto llega también por el centro, donde Pablo Amo asiste de cabeza a Coloccini en una acción en que los dos zagueros vuelven a demostrar la enorme aportación ofensiva de los centrales con este sistema.

A pesar de que el Racing recortó distancias -solo pudo hacerlo a balón parado-, siguió dejando espacios atrás, y la contra no tardó en dar frutos. Esta vez, sí, en una jugada llevada por la banda. La conexión fue perfecta, porque no se puede trasladar el balón al área con más rapidez de la que mostraron Aouate, De Guzmán, Lafita y Xisco. Extraordinario el pase del aragonés y brillante la definición del delantero.

Con 1-3, el Dépor replegó velas y cedió la iniciativa por completo, algo que no logró compensar Lotina con la entrada de Verdú para aguantar el balón.