El Deportivo B ya no depende de sí mismo para entrar en la fase de ascenso. Aunque el de ayer fuera su primer borrón de la temporada en casa, la derrota frente a un efectivo y ordenado Lanzarote le aparta de las cuatro plazas de privilegio en el peor momento posible. A falta de seis jornadas para el final y con seis equipos en dura pugna, el Fabril afrontará un final de Liga que no esperaba.
Para empezar visitará al Fuerteventura, al que precede en la clasificación. Quizá frente a su rival canario del próximo domingo se acuerde de los hasta siete puntos que llegó a disfrutar de ventaja en el ecuador de la primera vuelta como líder destacado de la categoría sobre el quinto puesto.
Parecen muy lejanas aquellas gloriosas jornadas. En el filial coruñés que perdió ayer en Abegondo no quedaba ni rastro de la seguridad defensiva de aquel equipo capaz de cerrar los noventa minutos sin recibir un solo remate entre los tres palos. El Lanzarote pisó en tres ocasiones el área local y marcó dos goles.
Tampoco fue el día en ataque del Fabril. Si en la primera parte Iván Carril, Lassad y hasta Juan Domínguez se estrellaron contra Alberto y maldijeron su mala puntería, tras el descanso a los locales les faltó más calma e ideas claras para culminar la remontada tras el tercer tanto del año de Aridane. El balón bombeado a la cabeza del goleador se convirtió en su recurso más utilizado. El Lanzarote, bien pertrechado en torno a su portero y en el que Víctor Ramos sembró el pánico siempre que encaró la meta de Manu, llegó a Abegondo en mitad de la tabla, sin objetivo en la Liga, y dejó a los coruñeses temiendo por el suyo.