Iván Pérez tiró al palo en la mejor ocasión local
10 dic 2007 . Actualizado a las 18:23 h.«Fue un día gris, estuvimos de puente». Tito Ramallo, el entrenador del filial deportivista, resumió así el aburrido partido que completó el líder ayer en Abegondo. Sumó un punto y no encajó gol alguno, pero le faltó ritmo de juego. Jairo, dotado de una calidad técnica superior a la media de la categoría, ralentizó en exceso el juego fabrilista, más habituado a los ataques eléctricos que a la pausa. Así, la presión del Marino sobre el ex sportinguista le permitió dominar buena parte del primer tiempo y hasta disfrutar de ocasiones para adelantarse en el marcador. A los siete minutos, Rubén Suárez remató al larguero y a los catorce, Samuel Barrio estrelló su disparo a bocajarro en el cuerpo de Fabricio.
Los locales sufrieron el mal momento de sus delanteros. Ni Aridane, un gigante que se pasó más tiempo en el suelo que de pie, ni Rubén Rivera, quien lo sustituyó en la segunda parte, tiraron a portería en todo el partido. Para colmo, Iván Carril tuvo que retirarse después de sufrir un fortísimo esguince de tobillo a la media hora y, poco después, le siguió Álex a causa de una gastroenteritis que ya le había obligado a vomitar la comida. Si a estos contratiempos se le añade un rival rocoso y el lamentable estado del césped, al término del choque más parecido a un patatal que a un campo de fútbol, el empate final podría convertirse en el mejor de los males.
Tras el descanso, no obstante, el filial empujó a su rival en torno a Guillermo, quien se destacó como el mejor de su equipo tras desbaratar una combinación entre Jairo y Juanan que concluyó con disparo del central y gran estirada del meta. Quizá saldó así una cuenta pendiente, pues estuvo a prueba con Caparrós en la pretemporada del 2006. Iván Pérez tuvo la victoria al alcance de la mano en el lanzamiento de una falta directa que escupió el palo. Los goles estaban de puente.