Cuatro deportistas paralímpicos participaron ayer en una charla con 300 alumnos de institutos de A Coruña
25 oct 2007 . Actualizado a las 02:28 h.Ningún atleta olímpico necesita presentación. Y mucho menos si cuenta con alguna medalla en su palmarés. En cambio, sólo dos o tres de los 300 alumnos de institutos de A Coruña que participaron ayer en una charla reconocieron a Álvaro Illobre, Alberto Seoane, Pablo Cimadevila y Carme García cuando éstos les preguntaron si sabían quiénes eran. Estos cuatro deportistas han alcanzado la cima de sus especialidades y cuentan en su palmarés con, al menos, una paralimpiada. «En Holanda e Inglaterra os autobuses e as paredes do metro están decorados con deportistas paralímpicos, que alí son tan coñecidos e admirados coma os outros», explica el nadador Cimadevila, oro en Sídney en el 2000 y que actualmente prepara los del próximo verano en Pekín.
A Pablo lo atropelló un coche delante de su casa en Pontevedra. «Quería facer deporte e a natación permitíame aparcar a cadeira de rodas polo menos unha hora ó día», explica. Pero, tras su éxito en Sídney, tuvo que abandonar por la falta de patrocinadores. Estudió diseño de joyería y regresó poco antes de los Juegos de Atenas. «O éxito non é conseguir medallas, senón acadar o que te propós», dice.
En opinión del coruñés Alberto Seoane, que se entrena en el Club del Mar, «o noso verdadeiro reto é practicar deporte». Jugador de tenis de mesa, «todo ó que non chego cos brazos teño que facelo coas pernas, así que podemos ter unha discapacidade, pero tamén somos superdotados». Para el tenista de Ares Álvaro Illobre, «o deporte é todo, porque grazas a el reforcei o meu esqueleto e os meus músculos». Después de cumplir el sueño de participar en los Juegos del 2000, compagina deporte y trabajo, aunque le gustaría participar en el circuito internacional. «Son o 94 do ránking e agardo melloralo para os Xogos», señala.
El motivo de la charla entre estudiantes y deportistas, moderada por el concejal Xoán Xosé Martínez Cajigal y en la que también participó la directora técnica de la escuela de vela adaptada del Real Club Náutico, fue la presentación del libro Tempos paralímpicos , escrito por la esquiadora Carme García, quien pretende destacar el mensaje de superación del deporte paralímpico: «Puedes pensar que una persona ciega como yo no puede amar la velocidad, pero alcanzo los cien kilómetros por hora en un descenso. Lo que para mí era dificultad ahora es riqueza».