El «gladiator» ya es bicampeón del mundo, como Sito Pons y Dani Pedrosa

La Voz

DEPORTES

22 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Se ha vestido de Gladiator, de Rocky o de vocalista de Red Hot Chili Peppers, pero el disfraz que más se ajusta a su medida es el de campeón mundial. Jorge Lorenzo (4 de mayo de 1987, Palma de Mallorca) ya tiene dos cinturones del peso cuarto de litro, como Sito Pons y su enemigo Dani Pedrosa.

A Giorgio , como le llama su padre, la vida le ha ido siempre sobre (dos) ruedas. Creció en una casa mallorquina donde el olor a ensaimada se combinaba con el de la gasolina. Su madre era una motorizada mensajera a la que le podía arreglar la Vespino su marido, mecánico de motos. Fue su progenitor, el gallego Chicho, el que construyó (no había parné para comprarla) la primera balita de Jorge, ésa con la que a los tres años disputó su primera carrera, que fue de minicross. Siempre precoz Jorge, como si viajase en una máquina del tiempo y no en moto. A lomos de una Derbi de 125 c.c., debutó en el campeonato del mundo 24 horas después de cumplir la edad límite de 15 años. Fue el 5 de mayo del 2002: se convirtió en el piloto más joven de la historia en disputar una carrera. Ya en el 2003 consiguió su primera victoria, en Río; tenía 16 años: ningún español había conseguido vencer en un gran premio con menos edad. En su último año en Derbi y 125 c.c., el 2004, logró tres triunfos y acabó cuarto en el Mundial.

En su primera temporada en 250 c.c. acabó quinto tras Pedrosa. Su primer podio en la categoría lo logró tras un cambio de chip provocado por el camino de Santiago y la lectura de un libro de Lance Armstrong que, dice, le enseñó «a sufrir». De esa temporada data su gran pique deportivo y personal con Pedrosa. Ahora ya no entra tanto al trapo («del pasado eliminaría el criticar a los otros pilotos», ha declarado) porque sabe que en boca cerrada no entran chupa-chups, pero tampoco moscas. Asegura que esa nueva filosofía zen nació de la lectura de Cómo ganar amigos e influir en las personas , un libro de autoayuda publicado por el norteamericano Dale Carnegie en 1936.

Ese pasado le ha legado cierta imagen pública de envidioso y arrogante, de la que intenta desmarcarse. Sí admite ser ambicioso, temperamental e histriónico. Sus performances remiten a las de Rossi, que será su compañero de equipo en el 2008 en MotoGP. Lo admira, pero no es su ídolo deportivo, categoría en la que sí coloca a los pilotos Biaggi («me llamaba la atención por la chulería que tenía») y Schwantz («por su estilo de pilotaje») y a un ex futbolista francés («tengo un ramalazo de Cantona»).

Infancia en Porto do Son

Con ese Lorenzo histrión convive un Jorge sentimental. El que ayer lloró al recibir el abrazo del compañero y amigo que le sustituirá el próximo año, Alex Debón. En Porto do Son, el pueblo de su padre, donde el bicampeón dice haber pasado los mejores momentos de su infancia, sus amigos hablan maravillas de este chaval que este año viajó a Galicia para preocuparse por la salud de su pachucho abuelo.

Cuando debutó en el Mundial, con 15 años, le preguntaron cómo se veía con 19. «Con un chalé, un Ferrari y diez criadas. Y en lo profesional, campeón del mundo de la cilindrada reina». Ha sido rápido, pero no tanto. Y ha cambiado, aunque no tanto cómo para anunciar natillas.