Sudáfrica, que derrotó con autoridad a Argentina (37-13) se enfrentará al vigente campeón, Inglaterra, el sábado en una final inédita del Mundial de rugby.
Los favoritos Springboks, campeones mundiales en 1995 y únicos en haber ganado los seis partidos de la Copa del Mundo 2007, ratificaron su paternidad ante los Pumas, que cayeron en los doce choques oficiales ante los africanos.
El conjunto de Jake White aprovechó cada error de un combinado sudamericano impreciso y al límite de sus reservas físicas, tras un enorme desgaste en los triunfos frente a tres potencias del hemisferio Norte, Francia (17-12) e Irlanda (30-15) en primera fase y, Escocia (19-3) en cuartos.
Con un pateador superefectivo como Percy Montgomery, autor de 17 puntos que lo alejaron en el liderazgo de la tabla de anotadores del torneo (93), la potencia física de un pack de choque y la velocidad de sus tres cuartos, con Bryan Habana a la cabeza, justificó una victoria categórica.
Fourie Du Preez (minuto 7), Habana (minutos 32 y 75), quien va camino a convertirse en el mejor jugador del 2007 de la IRB, y Danie Rosoouw (minuto 40) fueron los autores de los ensayos sudafricanos.
El pateador albiceleste Felipe Contepomi, que se fue con tarjeta amarilla y tuvo un mal día por errores inhabituales, anotó 9 puntos con 3 golpes de castigo y su hermano, Manuel, apoyó el ensayo (minuto 44) del honor argentino.
Motivación africana
Sudáfrica, que se mostró muy superior a todos sus rivales del torneo, se envalentonó también con las eliminaciones de sus grandes rivales: Nueva Zelanda y Australia y Francia, que se crecía por ser local pero fracasó en semifinales.
Tras esta victoria, los Springboks buscarán dar el último paso para su segunda consagración, frente a una Inglaterra resucitada justamente después de la humillación que le hizo pasar Sudáfrica en el duelo de primera ronda (36-0), disputado en el mismo escenario de Saint Denis.
El quince de la Rosa accedió a la final tras romper el sueño del anfitrión Francia, al que superó el sábado en el estadio de Francia por 14-9, gracias a un drop y un golpe de castigo del apertura Jonny Wilkinson en los últimos seis minutos.
Para la final, que se anuncia como una verdadera batalla de delanteros y un duelo de francotiradores, con los pies exquisitos de Montgomery y Wilkinson, Sudáfrica puede apoyarse en un dato importante: de las tres veces en que se enfrentó a Inglaterra en Campeonatos del Mundo, ganó dos, ambas en el estadio de Francia, que será el escenario de la final.