Los de Javi Gracia resolvieron el encuentro en una buena segunda mitad tras adelantarse el Vecindario
24 sep 2007 . Actualizado a las 19:49 h.Esta temporada los viajes a las Islas Canarias son numerosos, pero tras lo visto en la mañana de ayer no van a ser un hándicap para el Pontevedra, dispuesto a sobreponerse al poco juego, la superficie y el viento para hacerse con el mayor número de puntos posibles. No ha empezado mal la tarea. Tras el sorteo del calendario liguero pocos hubiesen apostado por un inicio tan convincente de los lerezanos, pero el bloque pontevedrés ha demostrado su personalidad y carácter afrontando situaciones adversas como las vividas en la jornada de ayer. El encuentro en Vecindario se presentaba como una dura prueba para los granates no sólo por la entidad del rival, descendido de la Segunda División, sino para demostrarse a si mismos que la superficie y las condiciones que se van a encontrar se pueden superar con actitud.
La primera mitad arrancó con dos equipos muy serios y poco dispuestos a dar concesiones al rival; el resultado fue un juego controlado sin excesivos problemas por el Pontevedra pero que también servía a los canarios, siempre a la expectativa de enganchar algún rechace o jugada de estrategia. El quizás excesivo respeto se tradujo en pocas ocasiones durante este período, si bien los visitantes parecían querer intentar algo más. Todo el peligro se redujo a un disparo desde el pico del área de Xavi Moré atrapado sin problemas por Javi Muñoz y a dos acciones de Raúl Borrero que en el descuento puso en aprietos a un acertado Bonis.
En la reanudación todo cambió. Ya en el primer minuto, en el único despiste defensivo del día, Raúl Borrero aprovecha un error de Vázquez para plantarse ante Bonis y batirlo por bajo. Lo que podía suponer un duro mazazo para el Pontevedra se convirtió por sorpresa en el revulsivo de los granates, ayer con la segunda equipación. De repente el control del encuentro pasó casi por completo a manos de los lerezanos, que con paciencia se fueron a buscar el marco rival. Como en todos los partidos, en especial en campos de las características del canario, la estrategia ocupa un lugar de vital importancia, y así en el minuto 57 una falta botada desde la medular por Fran Rico se convierte en el empate merced al remate de Sergio Castaño anticipándose a la salida del guardameta. El tanto dio aún más alas a los visitantes, y sin tiempo casi para reponerse del empate el Vecindario veía como el Pontevedra culminaba la remontada tras una buena contra llevada por el centro por Fran Rico, el de Portonovo habilita a Charles y éste, de la manera que él solo puede hacer, convierte el segundo con una bonita vaselina ante la que nada puede hacer Javi Muñoz.
Lejos de amedrentarse los canarios se fueron rápidos a buscar el empate y obligaron a intervenir a Bonis sólo un minuto más tarde en un disparo a media altura de Camacho desde el punto de penalti que el francés solventó con gran acierto. Cuando parecía que tocaba sufrir con las embestidas locales, un error defensivo provoca el tercer y a la postre definitivo tanto. Rubén López intenta ceder de cabeza a su portero ante un Bianchi en fuera de juego posicional, la dejada, muy corta, habilita al argentino para con pillería decidir el encuentro. La cuenta aún pudo ser mayor si Fran Rico llega a tener un poco más de fortuna en un golpe franco similar al lanzado ante el Deportivo B y que como entonces se estrelló en el travesaño. En la recta final el Pontevedra se limitó a contener sin demasiados apuros las acciones de los locales, quienes no fueron capaces de crear excesivo peligro salvo en la última jugada con el tiempo ya cumplido con un remate de Alberto que se marchó fuera.
Todavía hay que mejorar, pero se ha dado un paso muy importante con este duro inicio liguero. La nota agradable fue, además de la victoria, el debut de otro canterano, Fran Castaño, en competición oficial con el Pontevedra.