Duro correctivo al Sevilla en su estreno en la Champions

Guillermo Ibáñez

DEPORTES

20 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El Sevilla presenta los mejores números del mundo, pero resultó un equipo menor en manos del Arsenal, una orquesta bajo la batuta de Cesc. En su regreso a la Copa de Europa medio siglo después, el doble campeón de la Copa de la UEFA causó la impresión más floja de los últimos tiempos y comprobó que la Champions son palabras mayores.

El planteamiento de Juande fue valiente pero todos sus jugadores estuvieron apocados, sin su desparpajo habitual. El mayor exponente de este problema fue un desconocido Alves. El técnico manchego no quiso renunciar al estilo que ha hecho grande al Sevilla, pero esta vez sus hombres no respondieron. También Wenger puso en liza un equipo ofensivo en el que Cesc ejerce de gran líder. Por él fluye todo el caudal ofensivo del Arsenal. Cualquiera que recupere un balón alza la mirada en busca del cerebro catalán. Por delante de él, un tridente peligroso integrado por el checo Rosicky, el holandés Van Persie y el togolés Adebayor.

El duelo caminó tranquilo para el Sevilla hasta que Cesc encontró espacios y se sacó un tiro que desvió Escudé sobre su propia puerta. El Sevilla acusó el golpe, se vino abajo y ya fue incapaz de sobreponerse. Permitió al Arsenal vivir tranquilo y gobernar el partido con mayoría absoluta.

Poulsen y Martí no pudieron nunca con sus rivales. Tampoco tuvo el Sevilla sus puñales habituales por banda. Todos estuvieron muy grises. Encima, Alves cometió una falta absurda a Flamini que supuso la sentencia. Van Persie envió a la red el centro de Ces. El Sevilla ya conoce lo que es la 'Champions', aunque el tanto postrero de Eduardo fue demasiado castigo.