Los rojillos sentenciaron a la contra en la segunda parte marcando en sus dos únicas ocasiones de gol claras
17 sep 2007 . Actualizado a las 18:18 h.El Ourense ya sabe lo que es ganar. Es la mejor lectura que se puede sacar de un partido de pobre calidad futbolística por parte de ambos equipos, pero que terminó ganando el que tuvo acierto de cara al marco rival.
El partido tuvo dos partes diferenciadas. La primera, en la que el Ourense pasó con más pena que gloria evidenciando problemas de compenetración defensiva y una nulidad casi absoluta en ataque de la mano de un desafortunado Levi Marengo, y una segunda mitad en la que supo manejar el encuentro y llevarlo al terreno que más le convenía para estrenar su casillero de victorias.
El Sanse en nada se parece al equipo del año pasado. Se acabó aquel equipo de buen trato de balón en medio campo; ahora practica un fútbol mucho más directo y de fuerza pero sin jugadores determinantes en los últimos metros para aprovechar sus escasas oportunidades.
Para bostezar
Fueron 45 minutos de bostezo en la grada, con una única ocasión clara para los locales de mano del ex ourensanista Igor, que no acertó de cabeza, y con la única opción de marcar para los rojillos después de un rechace de un defensa local que casi sorprende a Gonzalo. La sensación era de un partido abonado al empate sin goles salvo algún error, aunque la calidad en los últimos metros de los rojillos albergaba esperanzas para el segundo tiempo.
La segunda parte comenzó con una frivolidad de Levi Marengo en el medio campo que posibilitó una contra del Sanse que Sestelo no supo culminar. Fue una de las últimas acciones del holandés, que demostró no tener sitio hoy por hoy en el equipo. El cambio de Levi por David fue uno de los aciertos y una de las claves del segundo tiempo.
Azevedo marca
Una falta daría paso al primer gol del partido. Parecía una jugada ensayada en la que se buscaba en la frontal a David pero su remate defectuoso posibilitó un rechace que terminaría en los pies de Azevedo en el área pequeña, donde no perdonaría.
El Ourense estaba por delante y las críticas de la grada se acentuaban para un equipo local que no daba sensación de poder empatar. Tomé intentaba cerrar el partido dando entrada a Yebra en el medio campo pero Pradito introducía toda su pólvora con el joven Alexander y Álex, quienes llevaron algo de peligro.
El portero ourensanista volvió a erigirse como el habitual protagonista al desbaratar las claras ocasiones de Rubén en el lanzamiento de falta lejano pero potente y sobre todo la última del encuentro, en el minuto 87, cuando Roberto remató a bocajarro en el área pequeña.
Antes el Ourense pudo machacar a la contra de la mano de Jaime, en su posición natural de media punta, y con la velocidad de David por la izquierda. Sería David el que aprovechando el desconcierto defensivo local en una contra bien llevada, la culminaría por el palo corto de la meta de Gonzalo poniendo el broche a la primera victoria del Ourense en esta temporada. Los tres puntos eran lo importante pero el equipo sigue ofreciendo las dudas típicas de principio de temporada.