McLaren-Mercedes buscó cerrar la permanente pelea entre sus dos pilotos, a los que ordenó mantener la paz. «Creo que se ha liberado algo de tensión», dijo el director deportivo de Mercedes, Norbert Haug, tras la reunión de la noche del jueves con los dos protagonistas de los incidentes de Budapest hace tres semanas, cuando se recrudeció la lucha entre ambos. «Les hicimos saber que lo que pasó en Hungría no ayudó al equipo. La conclusión es que no tenía sentido», explicó Haug. «Ellos deben correr el uno contra el otro pero la suma de puntos la queremos para la clasificación de marcas», dijo Haug. Pese a todo, McLaren-Mercedes lidera también ese campeonato con 138 puntos, por los 119 de Ferrari.
En la reunión del jueves por la noche estaban el jefe del equipo, Ron Dennis, el director ejecutivo, Martin Whitmarsh, el director deportivo de Mercedes, Norbert Haug, y ambos pilotos, a los que se dejó claro que algo como lo sucedido en Hungría es «inaceptable». «De cada miembro del equipo esperamos un determinado comportamiento», dijo enigmático Dennis. «Nadie tiene un problema con nadie», añadió el inglés, negando la evidencia.
El trío de jefes se reunió por separado con ambos pilotos y luego los enemigos íntimos se vieron cara a cara. «Hemos arreglado el problema pues queremos ser campeones del mundo», dijo Whitmarsh ayer en la televisión alemana. Pero de una frase de Haug trasciende que el arreglo entre Alonso y Hamilton no pasa de un mero parche: «Se dieron la mano,... hicimos lo que pudimos».
El propio piloto inglés reconoce que la situación, aunque mejor, sigue sin ser la idónea. «No quiero decir que, de repente, todo sea de color de rosa, pero sabemos dónde estamos y adónde queremos llegar», dijo.