Alonso recriminó a Felipe Massa el golpe en su monoplaza durante el adelantamiento y el brasileño reaccionó de forma airada. Luego el asturiano le pidió disculpas
01 ago 2007 . Actualizado a las 20:47 h.La organización del Mundial solicita, al final de cada carrera, que los tres primeros clasificados se aúpen al escalón del ganador para fotografiarse juntos. Alonso y Mark Webber, tercero, sonreían abrazados. Pero en Felipe Massa aún afloraba el cabreo que había cogido en el backstage , la antesala del podio. Allí el brasileño había felicitado a Alonso por su victoria, pero el español aprovechó el apretón de manos para recriminarle su golpe en el monoplaza cuando le adelantaba. La primera exclamación de Massa fue en el más autóctono brasileño. «Vai cagar», le espetó a Fernando alargando la segunda a . Y a partir de ahí ambos se enzarzaron durante unos segundos y varios idiomas para echarse la culpa del lance. Alonso intercaló gestos irónicos con señales de euforia, mientras que Massa mantuvo el ceño fruncido hasta la rueda de prensa. Bajo la piel de esos fríos pilotos afloraba la sangre latina de Alonso y el espontáneo carácter del sudamericano. La escena es difícil de imaginar si Kimi Raikkonen hubiera sido el interpelado por el astur. Pero Massa ya no entró de humor al backstage . Después de los actos protocolarios tenía que justificar ante sus superiores de Ferrari la entrega al enemigo de una victoria clara. Así que las palabras de Alonso fueron una cerilla arrojada a un bidón de gasolina. Posteriormente, ya en la rueda de prensa, pidió disculpas públicamente a Massa tocando incluso el brazo del brasileño. «Estaba muy nervioso porque en un par de acciones podíamos haber quedado fuera de carrera», señaló el asturiano. «Yo no hago este tipo de cosas a propósito -replicó el de Ferrari-, pero si él no está contento no es mi problema». Los desencuentros entre ambos se remontan al año pasado cuando Alonso fue penalizado en Monza por molestar a Massa en la clasificación, una decisión que el español nunca vio justa. Este año en Montmeló, Alonso se salió de pista al aguantar Massa su trayectoria en la primera curva. Aunque hubo suspicacias, la cosa no pasó a mayores. Fernando Alonso también mantuvo una relación de frialdad con su propio superior Ron Dennis, al que no dirigió ningún gesto de euforia ni un abrazo cálido con las cámaras como testigo. Hace dos años, el asturiano se fusionaba con Flavio Briatore cada vez que ganaba para Renault. El cambio puede achacarse a la madurez, a la costumbre de ganar... o al presumible trato de favor del patrón de McLaren con Lewis Hamilton. Alonso es frío hasta en los detalles.