Éxito de los ourensanos que llevaron a más de 15.000 personas a Riazor
12 ago 2011 . Actualizado a las 12:22 h.Los Suaves son un valor seguro. Lo dicen los promotores y lo sabe cualquiera que acuda a uno de sus conciertos. Arrastran a miles de personas del lugar en el que tocan, defienden su propuesta con profesionalidad y permiten, luego, sacar pecho a quien los contrata. Para corroborar lo primero, bastaba darse una vuelta por A Coruña por la tarde: un paseo de decenas y decenas de camisetas con su mítico icono del gato. De noche, eso se tradujo en miles de personas. Más de 15.000, según los datos facilitados por Protección Civil. Y eso es más del doble de lo logrado por El Pescao.
Pero de nada sirve eso si luego, en las tablas, la cosa flaquea. No es el caso, Los Suaves se plantan en el escenario y llenan de significado la palabra solidez. Está claro que ciertos oídos jamás comulgarán con la voz rota de Yosi, el punto Thin Lizzy de la banda, ni sus baladas derrotistas. Pero, objetivamente, los de Ourense ayer tocaron bien, transmitieron emoción a chorro y convirtieron su bolo en una paradójica celebración de lo mala que es la vida. A tenor de lo que cantan, esta no solo pasa y pesa, sino que, sobre todo, pisa al que la vive.
«Dime si alguna vez no has sentido que ya todo está perdido / y no puedes seguir, que estás solo y todos se han ido». Esos versos, de Preparado para el rock n? roll, fueron los encargados de abrir la noche. Y lo hicieron con la voz de Yosi. Pero también con la de miles de gargantas en estado catártico, entregadas a esa mezcla de poesía urbana y guitarras heavys. Al lado de Yosi, Alberto Cereijo exhibiendo técnica instrumental. Y Charly Domínguez, con su eterna sonrisa al bajo.
También dibujaron una mueca de felicidad los organizadores. Al contrario que con El Pescao, donde se esperaba bastante más público, ayer el Noroeste Pop Rock volvió a ser una fiesta masiva de manos al viento, rostros exultantes y conexión total. ¿La munición? El mítico repertorio de Los Suaves. Sonaron todas: Palabras para Julia, San Francisco Express, Dolores se llamaba Lola, El Afilador y un generoso etcétera que no defraudó a los fans.
Antes de la exhibición de Los Suaves, abrieron la noche Los Eternos, una banda de Cedeira con sonido country y bluegrass.