El colegio Fogar de Carballo es ya el tercero de la provincia en número de alumno. El secreto de este éxito son los servicios complementarios. El comedor es el más popular. Las 250 plazas actuales se quedan cortas para la demanda existente, pero se ven compensadas por las privadas que tienen la escuela infantil A Ledicia y el centro Xolda. Ambas instalaciones, a escasos metros del centro educativo público, dan el almuerzo a niños de ese colegio. Los tres comedores, que suman unas 340 plazas se encuentran desbordados por la demanda, con largas listas de espera.
El próximo curso las cosas no mejorarán y centenares de niños del casco urbano volverán a quedarse sin una prestación que muchos padres consideran imprescindible para compaginar la vida familiar y la laboral. Debido a esta carencia algunos niños deben comer solos. Son los conocidos como niños-llave, según explicó el director de A Cristina. El del Fogar afirmó que cuando se detecta un caso de este tipo se le hace un hueco en el comedor, pero en otros centros ni siquiera existe esa posibilidad.
Debido a este servicio, el Fogar y el Artai, se han visto forzados a rechazar a unos 30 alumnos de 3 años, que tendrán que ser acomodados en otros centros educativos .El alcalde reconoció que los servicios son fundamentales a la hora de elegir un colegio u otro, pero también se hizo eco de la demanda de los directores de los centros respecto del mapa escolar, que la consellería mantiene a pesar de que incrementa los desequilibrios, ya que no responde a la real distribución de la población.
En el tema de los comedores, a pesar de la demanda que existe en Carballo, las mejoras en este sentido han partido de la propia voluntad de los centros y los padres. El director del Fogar reconoció que sin la ayuda de las madres colaboradoras no se podría haber conseguido dar de comer a 250 personas cada día y en el Bergantiños consiguieron esta prestación por el ANPA y la familia de un alumno que montó una empresa de cátering para satisfacer la necesidad.
De hecho, la consecución de una tercera trabajadora para el único comedor público escolar en la villa de Carballo fue muy complicada y se logró a base de insistir la dirección del centro. Educación y Presidencia se negaron en redondo a la posibilidad de doblar el turno, algo que se intentará conseguir si prospera el proyecto de la jornada única.
Para hacer frente a la falta de plazas en Carballo se propuso que los niños de Berdillo fueran al centro de A Gándara, en Sofán, donde no se llenan las aulas, pero los progenitores se negaron en redondo, porque este grupo tiene asegurado el comedor en el Fogar.
Corcubión
El caso de Carballo no es único. En Corcubión los padres de los niños prefieren la guardería y los colegios de Cee a los del propio municipio porque en estos los pequeños se pueden quedan a comer. Quizá por eso, el Praia de Quenxe tendrá comedor.
Los problemas de plazas en los colegios tendrán que ser resueltos por la comisión de escolarización, que se reunirá la próxima semana y que tendrán que asignar a los casi 30 niños de 3 años que han sido rechazados y que tampoco pueden ir a las escuelas infantiles privadas.