Sin el glamur de las carreras de Ascot, pero manteniendo los rasgos que nos hacen vivir como galegos. El hipódromo de Antela, levantado en el territorio de A Limia, albergó ayer el bautismo de Galicia en la quiniela hípica del Estado, repartiendo entre los 53 caballos participantes un total de 47.000 euros en premios. Loterías y Apuestas repartió las cinco carreras celebradas en las modalidades de lototurf y quíntuple plus. La primera apuesta, que tenía un bote de 1.732.000 euros, consistió en la elección de seis números dentro de una tabla de 31 y otro número más que en este caso correspondía al ganador de la cuarta, Madrugar . La segunda modalidad, quíntuple plus, tenía un bote acumulado de 61.000 euros que convertirá en vencedor de la apuesta al acertante de los cinco caballos ganadores junto al segundo clasificado en la quinta carrera del certamen.
El hipódromo no motivó un catálogo de llamativas pamelas ni grandes apuestas en libras. El público presenció las cinco carreras desde el graderío con el aliciente de las apuestas a pie de pista. Un envite que partía de los dos euros y donde la avaricia de cada jugador marcaba el límite de su apuesta, alcanzando los 12.500 euros brutos de recaudación entre los 1.500 espectadores. Entre el público se encontraba el presidente de la Diputación, José Luis Baltar, que a pie de pista fue testigo directo de la competición. Un poco más lejos, desde la grada y camuflado entre los asistentes, estaba el conselleiro de Medio Ambiente, Patxi Vázquez, quien prefirió diluir la presión mediática y social del vertido de gasoil en la depuradora de Reza para presenciar in situ el papel de los corceles en un hipódromo considerado por Loterías y Apuestas del Estado como uno de los cinco mejores en el territorio nacional.