Miguel Lago se declara vilagarciano en el pregón del San Roque 2011

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Las fiestas prosiguen con una oferta que hoy encabeza el concierto de Maldira Nerea

14 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Tomás Fole se estrenó ayer noche en una de las facetas más amables que acarrea su cargo: presidir la apertura oficial de las fiestas de San Roque. El nuevo alcalde salió al balcón de la casa consistorial para ser testigo preferente de un acto en el que el protagonismo no era suyo, si no del pregonero, Miguel Lago, y de las muchas personas que aguardaban en la calle.

En toda celebración de estas características hace falta un maestro de ceremonias. Ese cargo lo desempeñó ayer Manolo Suárez, quien tras un impás recobró su puesto en la fachada de Ravella. Fue él quien presentó al pregonero. Este, Miguel Lago, es un humorista desconocido por muchos de los asistentes a la lectura del pregón. Sin embargo, con el discurso que enhebró durante un cuarto de hora consiguió ganarse al público. A unos, apelando a sus continuos problemas con los radares de tráfico del Pousadoiro. A otros, con su sentidos recuerdos familiares, que en alguna ocasión lo obligaron incluso a interrumpir la lectura para tragarse las lágrimas. A todos, cuando aseguró que por sus lazos familiares «yo no soy un vilagarciano de adopción, yo soy un vilagarciano».

El pregón terminó con Miguel Lago acomodado en el balcón, con los inevitables vivas a Vilagarcía y a San Roque, y con la colocación de la insignia con la que son agasajados todos los pregoneros. Como quiera que a Fole le costó algo de trabajo esa operación, Lago tomó la palabra de nuevo, fuera ya de guión: «Es la primera insignia que pone el alcalde, un poco de paciencia».

Pero la apertura de las fiestas no se terminó ayer en el balcón de Ravella. Y es que, arrastrada por los nuevos vientos que soplan en el Concello, regresaba a escena la ofrenda floral a San Roque. Más de una treintena de asociaciones del municipio formaron para desfilar con toda solemnidad hasta la iglesia. La larga marcha fue un vistoso catálogo de todas las variedades del traje tradicional gallego. Fole, que no emuló a Conde Roa en lo que a atavío se refiere, cerraba la marcha acompañado por varios concejales del gobierno local. También por el socialista Lino Mouriño.

Una vez completado el ritual de apertura, la fiesta continuó donde debe ser: en la calle. Por la noche, Xosé Manuel Budiño ofreció un concierto que sirvió para abrir boca. Y es que hoy toca el grupo estrella de este San Roque 2011: Maldita Nerea. Cojan sitio.