Los dueños de los furanchos volverán a movilizarse para exigir su regulación

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso VILAGARCÍA/LA VOZ.

AROUSA

La federación reclama a la Xunta que reciba a sus representantes durante los próximos quince días

20 nov 2010 . Actualizado a las 12:05 h.

Los propietarios de los furanchos se han cansado de esperar. Llevan desde principios de año intentando que la Xunta de Núñez Feijoo cumpla lo que les prometió cuando todavía era oposición y el Bipartito publicó un decreto con el que para nada estaban de acuerdo. Su paciencia se ha agotado y por eso la federación, en la que se inscriben la mayoría de los establecimientos de este tipo que existen en la provincia de Pontevedra, ha dado un ultimátum al Gobierno autonómico. O en quince días alguien recibe a una representación de los furancheiros, o estos volverán a salir a la calle. Sus pancartas, aseguran, podrán verse en todo acto público convocado por un alto cargo.

Recuerda el presidente de la federación, José Luis Videira, que la nueva Xunta se comprometió a escuchar sus reivindicaciones y a acabar con el decreto publicado en su día por el Bipartito. Normativa que, por ahora, es la única que rige el funcionamiento de este tipo de locales. Sin embargo, desde entonces muy poco han sabido de la que se supone iba a ser la normativa que rigiera su funcionamiento. De hecho, en las últimas semanas, Videira ha intentado ponerse en contacto, en reiteradas ocasiones, con la Administración autonómica. Pero nadie parece dispuesto a cogerle el teléfono.

Al margen de la ley

Lo único que por ahora tienen claro los furanchos es que se van a quedar al margen de la nueva ley de turismo, que está en proceso de tramitación. Una circunstancia con la que, añade el presidente del colectivo, están completamente de acuerdo. «No podemos estar dentro de la misma normativa que la restauración porque un furancho no es una cafetería o un bar», argumenta Videira. Pero antes de que esa nueva ley entre en vigor, el colectivo quiere disponer ya de regulación propia.

Los furanchos aseguran que, hasta ahora, han sido pacientes. Pero se han hartado ya de esperar. Por eso quieren que la Administración autonómica comience a explicarles, de una vez por todas, qué pasará con estos establecimientos. La Xunta dispone de quince días para reunirse con la federación. De lo contrario, los furancheiros volverán a coger sus pancartas.