Las obras de humanización emplean a la mitad de los obreros prometidos

VIGO

29 may 2009 . Actualizado a las 11:30 h.

Los 52 millones de euros que el Concello vigués recibió del Gobierno central en el marco del conocido como plan Zapatero tenían como objetivo central la lucha contra el desempleo. Por este motivo el gobierno vigués incluyó en las claúsulas de la licitación la exigencia de contratar parados y dio prioridad a las ofertas que mayor número de plantilla se comprometían a utilizar.

Dos meses después la panacea de que las masivas obras de humanización iban a dar trabajo a 1.800 operarios semeja no ser realidad. Los sindicatos llevan varias semanas denunciando la situación y en las últimas horas se plantean incluso la realización de actos de protesta. Según sus cálculos, hace un mes no había ni un tercio de la cifra prometida y, aunque la situación ha mejorado, «non se chega posiblemente ao 50%» según los cálculos de Alberto Fernández, secretario comarcal de la federación de construcción de la CIG.

Rotaciones

Los sindicatos no se atreven a dar cifras exactas porque tampoco las tienen. Su labor de vigilancia se limita a personarse en los tajos y comprobar si el número de operarios es el prometida. «Sempre hai menos xente e, ademáis, a nosa impresión é que as empresas fan rotar aos traballadores para que dea a impresión de que son máis».

En estas circunstancias la CIG ha pedido a los otros dos sindicatos, CC OO y UGT, que todos juntos vuelvan a reunirse con el alcalde vigués para reclamar al Concello que intervenga. La entrevista ha quedado aplazada varios días ya que los ugetistas celebran su congreso este fin de semana. No obstante, en los próximos días tienen intención de actuar.

El hecho de que las obras vayan a concluir en el plazo de seis meses o en todo caso antes de que acabe el año añade más presión a los responsables sindicales, conscientes de que el Concello les encargó la labor de vigilar la seguridad y el control en los tajos para evitar precisamente que ocurrieran cosas como las que denuncian. Por este motivo el alcalde los recibió de inmediato hace varias semanas y con celeridad convocó a los dirigentes de las empresas que están ejecutando las obras. Caballero declaró entonces que había dado «un toque de atención muy claro» a las concesionarias y que daba por supuesto que el tema se iba a resolver. Los argumentos de las empresas es que las obras estaban en sus comienzos, por lo que la incorporación de las plantillas era progresiva. Desde el lado sindical se reconoce ahora una mejoría «pero moi insuficiente».

Movilizaciones

En caso de que no se logre una solución a lo que califican de «anomalías detectadas», los tres sindicatos tienen previsto realizar actos de protesta que incluirán «a paralización das obras ata que se cumpran os obxectivos de creación de emprego». No obstante, además de las plantillas la queja de CIG, CC OO y UGT van más lejos. Aseguran que no se están cumpliendo las jornadas de ocho horas establecidas y que las empresas favorecen la realización de horas extraordinarias. Obviamente, ello supone una merma en las contrataciones.

Al margen del cumplimiento de los pliegos de condiciones para forzar la contratación de desempleados, el gobierno vigués es también el primer interesado en que no se produzca la paralización de las obras. En estos momentos están abiertas más de setenta calles, lo que genera malestar en vecinos y comerciantes. Por tanto, acabar cuanto antes y cumplir los plazos es una necesidad para el Concello.