Para los ingleses es la batalla de Vigo

VIGO

Barcos, monedas y una calle recuerdan a los británicos que en 1702 obtuvieron una contundente victoria naval en la ría, pero se olvidaron del nombre de Rande

07 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Pasó a la historia británica como la Batalla de Vigo o de la bahía de Vigo. Es nuestra Batalla de Rande, un choque armado enmarcado en la Guerra de Sucesión, que retorna cíclicamente al presente. Si durante siglos el nombre de este conflicto estuvo íntimamente ligado a un inmenso tesoro de oro y plata, en la actualidad Rande comienza a relacionarse con la palabra patrimonio.

Más que una batalla, debería ser calificada como una torpeza militar que acabó en una matanza. Los vencedores, especialmente los británicos, supieron sacarle un excesivo provecho propagandístico, aunque no bajo el nombre de Rande, sino aludiendo a la bahía de Vigo.

Y empezaron pronto esta campaña de proclamación victoriosa. Solo un año después de que Rooke y Butler acabaran con la flota hispano-francesa, la casa de la moneda de Londres, que entonces estaba dirigida por Isaac Newton, acuñaba una serie de monedas y medallas conmemorativas de la «Battle of Vigo Bay». En 1703 se emitieron monedas de plata y oro con la efigie de la Reina Ana, en cuyo pie aparecía el nombre de Vigo. Chelines, coronas y guineas circularon por el territorio británico con el nombre de la ciudad olívica en su anverso. En una serie de medallas, incluso se representaba parte del escenario del combate, aludiendo a la batalla de la bahía de Vigo. Hoy en día, estas monedas se pueden comprar en los portales de Internet especializados en subastas.

Una «street»

La propaganda numismática no debió de parecerle suficiente a algún mandamás inglés, que posteriormente, decidió ponerle el nombre de Vigo a una de las calles más céntricas de Londres. Es una calle pequeñita, pero está muy cerca de Piccadilly Circus. Evidentemente, esta decisión no estuvo motivada por las buenas relaciones que nuestra ciudad mantuvo con el Reino Unido. Fue por la batalla de Vigo. Claro que no hace mucho tiempo, Vigo también se acordó de Londres y le puso este nombre al callejón que rodea al Marco. Cariño, con cariño se paga.

Pero, el rastro de la batalla todavía continuó en el siglo XIX por el Reino Unido. En 1810, la armada británica bautizó como Vigo a un barco de línea de 74 cañones. Este navío permaneció operativo hasta 1865. Más tarde, a comienzos de la década de los años cuarenta, la Royal Navy decidió construir una serie de destructores que llevarían el nombre de batallas ganadas por la marina de su majestad. Entre estos navíos estaba el D231, el HMS Vigo (las iniciales se corresponden con Her Majesty Ship o, en castellano, buque de su majestad). Fue construido en los astilleros de la localidad escocesa de Govan y botado el 27 de septiembre de 1945. Este destructor sirvió en la flota del Mediterráneo, para posteriormente convertirse en un buque escuela. A finales de la década de los cincuenta, el HMS Vigo visitó el puerto de Vigo, y, cinco años más tarde, fue desguazado.

No hay un tercer HMS Vigo , aunque sí quedó un cuadro, firmado por el pintor naval Richard Kennedy, en el que se ve al viejo destructor surcando el mar en un día de tormenta.

Tres gallegos en la Navy

No fue el único nombre gallego que se incluía en esta serie de destructores de la Royal Navy. Junto al HMS Vigo también se alinearon el HMS Corunna y el HMS Finisterre . El nombre herculino recordaba la Batalla de Elviña, en la que falleció el general John Moore, mientras que el otro destructor evocaba el combate naval disputado en 1805 entre la flota de la Armada Real Británica, dirigida por el Vicealmirante Robert Calder, y una flota franco-española al mando del almirante Charles Silvestre de Villeneuve.