El Concello de Oia denunciará a la Consellería de Medio Ambiente si no limpia las pozas de Burgueira

Blanca A.-Blázquez Márquez

VIGO

28 ago 2008 . Actualizado a las 12:06 h.

«No tenemos ni dinero, ni competencias». Así de contundente se muestra el alcalde del Concello de Oia, Alejandro Rodríguez, al hablar del desastre ecológico que sufrieron las pozas de Burgueira al recibir los vertidos del embalse de Vilachán hace ya dos meses.

La Confederación Hidrográfica del Norte autorizó el pasado mes de mayo a Hidrotide para vaciar los sedimentos del embalse. El organismo exigió entre las condiciones evitar todo enturbiamiento de las aguas del río Tamuxe durante la realización de los trabajos de limpieza, no debiendo arrojarse al mismo los materiales de desecho, ni depositarlos en los márgenes. «La empresa hizo oídos sordos y hoy las pozas son un lodazal», declara Rodríguez.

Desde el concello argumentan que ellos solo tienen la responsabilidad de limpiar el río cuando existe una urgencia de hacerlo en caso de que estuviera en peligro la salud de las personas. Pero, como esta no es la circunstancia, alegan que la limpieza le compete a las administraciones autonómica y central. Tanto es así que, cuando en el mes de junio se provocó el vertido, el gobierno local envió los escritos pertinentes a la Consellería de Medio Ambiente y a la propia Confederación Hidrográfica. Tras esto, la Xunta decidió abrir una investigación a la empresa que provocó la negligencia y prometió que, en caso de demostrarse que hubo intencionalidad en la apertura de las compuertas del embalse, como sostiene la comunidad de montes de Burgueira, agrupación que tampoco se ha quedado corta en denuncias, se aplicaría una sanción económica a la empresa.

Han pasado dos meses y las cosas siguen como al principio. «Ni respuesta, ni limpieza. Nosotros realizamos un trabajo informativo al gobierno central y no se han ni inmutado. Enviaremos otro y si no recibimos respuesta, pondremos una denuncia ante la pasividad de la Consellería. El concello limpiará el río y se le pasará la factura correspondiente a la empresa responsable. Lo que no podemos es dejarlo así y esperar casi una década a que salga la resolución judicial de este desastre», explica el alcalde de Oia.

Ahora son los dos organismos los que tienen que tomar cartas en el asunto. «Lo único que no entendemos es que ya en octubre del 2006 la Confederación Hidrográfica se comprometiera a limpiar el río, haya venido hasta aquí para analizar la zona y nunca más volviera a aparecer», denuncia el edil.

Por su parte, la Consellería dice no tener grandes conocimientos sobre el asunto y alega que la solución depende, directamente, de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Mientras ambos organismos deciden si ponerse o no de acuerdo, el alcalde de la localidad afectada solicita que se le dedique el cariño y el tiempo necesarios para que este espacio paradisíaco natural vuelva a ser el mismo.