La factoría de Milo Abelleira ha empezado a carburar. El proyecto de devolver al Pontevedra a la Segunda División B por la vía rápida arrancó ayer con la presentación de Manu Barreiro. El delantero santiagués le dio calabazas al Racing de Ferrol y a su club de origen, el Cerceda, para enrolarse en las filas granates.
Su nuevo técnico, que acompañó en el acto al presidente, Mauricio Rodríguez, al segundo de a bordo, José Manuel Fernández, y al propio futbolista, descartó que esta incorporación haya causado malestar en los dos clubes coruñeses. Desde tierras departamentales se aseguró que había sido un duro palo para el Racing, que ya casi contaba con sus servicios.
«Quiero aclarar que entre nosotros y el Ferrol no hay ningún problema. Lo único que ocurrió es que hubo una disputa por un jugador, en unas negociaciones, y él decidió venir para aquí. Pero no vamos a tener ningún conflicto con el Racing, el Cerceda ni con otros equipos que podían estar tras él», apuntó Abelleira.
«Ojalá que en su primera temporada logre acabar como máximo goleador de Tercera y que su nuevo club acabe campeón de grupo, como hizo el año pasado en el Cerceda. Y luego que pueda disputar la segunda temporada en Segunda B», declaró el preparador, aludiendo a los dos años de contrato que unirán a su pupilo con la entidad.
Las instalaciones y la afición
El futbolista comentó que se había decantado por el Pontevedra por varias razones de peso. «Estudié todas las ofertas, pero quizá opté por esta por el interés que mostró Milo hacia mí, pero sobre todo por las instalaciones, campo y afición. Y fundamentalmente por el nombre, porque el Pontevedra es un gran equipo. Todo el mundo lo sabe», explicó Manu Barreiro.
Además, aseguró que, por ese mismo motivo, las negociaciones habían sido rápidas y fructíferas. «El Pontevedra, con este nombre y el campo que tiene, no puede estar en Tercera, y si me apuras, casi ni en Segunda B. Eso no podemos ni plantearlo», recalcó.
Es más, confesó que incluso habría rechazado propuestas para probar fortuna más arriba. Sus 20 goles lo convirtieron en objeto de deseo para varios equipos.
«Tenía alguna opción para jugar en Segunda B, pero este equipo a mí me viene bien y el año que viene puedo jugar aquí en esa categoría. Aposté por el Pontevedra porque no firmo por un conjunto de Tercera, sino por uno que va a estar más arriba seguro».