Dispararon contra tres furgonetas y un miembro del sector de los zamoranos recibió una bala cuando iba a buscar a sus hijos al colegio
22 oct 2015 . Actualizado a las 10:57 h.El conflicto entre comerciantes gitanos de Vigo se agravó ayer con un tiroteo en la carretera a plena luz del día y ante la presencia de testigos. Policía Nacional y Guardia Civil buscan a los responsables de este ataque que enmarcan dentro del enfrentamiento entre el clan de los Morones, cuyo líder es el hijo del rey de los gitanos, Sinaí Giménez, y las familias zamoranas que residen en O Porriño.
El ataque de ayer sucede después de la pelea multitudinaria ocurrida el pasado viernes en Cangas y de que el propio Sinaí Giménez vaticinara sangre. Rafael Borja Salazar, de 37 años de edad, recibió un impacto de bala en el glúteo mientras conducía su furgoneta por la VG-20, a la altura del túnel de Valladares. Era alrededor de la una y cuarto del mediodía. En otros dos vehículos circulaban sus dos hermanos y otras dos mujeres. Fueron los primeros en desmontar sus puestos del mercadillo semanal de Coia porque tenían que ir a buscar a los niños al colegio en O Porriño.
La jornada había sido tranquila, con menos vendedores de lo normal, puesto que los gitanos afines a Sinaí Jiménez habían decidido la noche anterior que no acudirían. La Policía Nacional desconoce el punto exacto donde se inició el tiroteo. Se presume que los autores les estaban esperando antes de entrar en el conocido como segundo cinturón de Vigo. Varios testigos señalaron que los asaltantes conducían una furgoneta y un Golf de color gris. Se situaron en paralelo a las tres furgonetas de los zamoranos y lanzaron varios disparos. Una de las balas atravesó la puerta de uno de los vehículos y alcanzó a la única víctima. Varios conductores que circulaban por la vía en ese momento contemplaron la escena y avisaron a los servicios de emergencia.
Las propias víctimas avisaron a sus familiares que todavía estaban en el mercadillo. Decenas de unidades de la Policía Nacional se desplazaron al lugar. La carretera estuvo cortada mientras agentes de la Policía Científica realizaban las primeras indagaciones. El herido fue trasladado al hospital Álvaro Cunqueiro, donde estaba prevista una intervención para extraerle la bala. Decenas de gitanos zamoranos acudieron a las puertas de urgencias del centro hospitalario, custodiado por la policía, preocupados por el estado de salud del herido.
Se quiebra la paz entre el clan de los Morones y el grupo de los zamoranos
Una guerra de consecuencias impredecibles está abierta entre gitanos del sur de Galicia. El conflicto afecta a comerciantes que explotan mercadillos que recorren semanalmente pueblos y ciudades del área de Vigo. Las ferias son municipales, pero ellos tienen sus propias leyes y costumbres, al margen de las normativas que marcan los propios ayuntamientos. El más controvertido es la imposición de un canon por la instalación de los puestos que hay que pagar a quien se erige como el amo y señor del mercado.
Hace tiempo que los gitanos zamoranos dijeron basta a estas prácticas caciquiles. Por eso se desligaron del clan de los Morones, al que pertenece Sinaí Jiménez, el autoproclamado príncipe de los gitanos, el hombre que quiso ser alcalde de Vigo bajo el apodo del «Obama gallego» y solo recogió un puñado de votos. Plantarle cara les costó caro el año pasado. Recibieron amenazas y decenas de familias que viven en el polígono de Torneiros, en O Porriño, hicieron la mudanza para regresar a Zamora. Lo hicieron sin decir demasiadas palabras y por miedo a una familia revestida por el poder que les otorga representar su autoproclamada realeza gitana. Meses después volvieron a O Porriño, para alegría de sus vecinos, después de que la Fiscalía Superior de Galicia mediara en el conflicto y ambas partes firmaran la paz.
No le convenía al Obama gallego mantener una controversia con los de su raza cuando estaba a punto de embarcarse en su particular aventura electoral, que tuvo como punto culminante la aparición de la número 2 de su lista en la portada de Interviú. Pero ha sido una paz no duradera. La chispa se encendió el pasado viernes en Cangas. Los zamoranos son mayoría y ahora no están dispuestos a aceptar ningún destierro. Son odiados por los Morones, apoyados por una asociación que preside el brazo derecho de Sinaí Jiménez. Recientemente han denunciado en los juzgados a los zamoranos por unos hechos que la Fiscalía deberá de investigar. Cinco días después de los altercados de O Morrazo, tres furgonetas conducidas por zamoranos han sido tiroteadas. Policía Nacional y Guardia Civil se mantienen en alerta máxima ante lo que puede ser el inicio de un baño de sangre. En Cangas el alcalde mantuvo ayer la suspensión del mercadillo del viernes y hoy habrá una reunión de regidores.