«Juego de Tronos»: Los grandes cambios de la serie con respecto a los libros

Paulino Vilasoa Boo
P. Vilasoa REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

La quinta temporada de la serie de la HBO ha presentado los mayores cambios sustanciales en las aventuras y motivaciones de los personajes de «Canción de Hielo y Fuego», de George R. R. Martin

27 abr 2016 . Actualizado a las 21:45 h.

Todos los lectores de los libros de Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin coinciden unánimemente en que la quinta temporada de Juego de Tronos ha sido la entrega en la que más cambios ha habido y más profundos han sido con respecto a la saga literaria.

Ya no hablamos, como en otras ocasiones, de pequeñas modificaciones necesarias para adaptarse mejor a la duración o a la capacidad de retención de los telespectadores, sino que en este caso se trata de verdaderos cambios sustanciales en las aventuras, destinos e incluso las motivaciones o psicología de los personajes.

Sansa

Sansa nunca estuvo ahí

Sin duda, uno de los mayores cambios de esta temporada tuvo que ver con el destino de la desdichada Sansa Stark. Es cierto que su papel en los libros cuarto y quinto, en los que se basa esta última temporada, es demasiado anecdótico como para desaprovechar las probadas virtudes interpretativas de Sophie Turner, aunque sea difícil entender cómo la chica accede, como pasa en la serie, a casarse con un Bolton, la familia que asesinó cruelmente a su hermano mayor y a su madre.

Para entender el cambio hay que presentar a un personaje que en la serie fue anecdótico. Desde el principio de la saga, Sansa tiene una amiga íntima, llamada Jeyne Poole, que a partir de la muerte de Ned Stark pasa a estar desaparecida hasta el cuarto libro.

En realidad Jeyne Poole era cautiva de los Lannister, que deciden hacerla pasar por Arya Stark, a la que creen muerta, y mandarla a Invernalia para casarse con Ramsay Bolton. De modo que es esta «falsa Arya» la que llega a la antigua fortaleza Stark, se casa con el psicópata y es violada y maltratada, hasta que pide la ayuda de Theon.

En los libros, sin embargo, Melisandre envía a Mance Rayder y a un grupo de mujeres salvajes a salvar a la que ellos creen que es Arya. El antiguo rey de los salvajes se hace pasar por juglar y las mujeres logran convencer a Theon de que ayude a liberar a la «falsa Arya». Aprovechando el caos derivado de una serie de muertes provocadas por un hombre encapuchado desconocido y la celebración de una fiesta, Theon y la chica son ayudados por las salvajes a escapar y, finalmente, saltan desde lo alto de las murallas hasta la nieve.

Sansa Meñique

Sansa, por su parte, no tiene mucha historia en estos libros. La mayor de las chicas Stark se hace pasar en todo momento por Alayne Piedra, supuesta hija bastarda de Meñique; y este le cuenta que prevé casarla con un joven apuesto, Harrold Hardyng, para luego revelar su verdadera identidad y así poder reclamar para sí Invernalia.

Veredicto: Mejor en la serie. La trama funciona con este cambio y la chica llega a protagonizar algunos momentos verdaderamente brillantes interpretativamente y uno especialmente denigrante y comentado: la violación de Ramsay, que no le ocurre a ella en los libros.

Su historia en los libros parece paralizada y sin rumbo y, como no sabemos hacia dónde irá, de momento nos quedamos con la de la serie, a pesar de lo incomprensible que sigue resultando que acepte casarse con un Bolton.

Más acción para Jon Snow

En los libros, la relación de Jon Snow con Melisandre es mucho más intensa y duradera que en la serie. De hecho, la Bruja Roja nunca llega a abandonar el Castillo Negro y, por el contrario, aprovecha su presencia allí para urdir una serie de engaños que intentan, sin duda, despistarnos.

De hecho, de la misma forma que en la serie, Mance Rayder arde en las llamas preparadas por Melisandre pero, poco después, descubrimos que en realidad la bruja había utilizado un conjuro que le hacía parecer él, pero que el Rey-Más-Allá-del-Muro seguía vivo bajo otra apariencia.

A Mance Rayder, controlado por la Bruja Roja, y a un grupo de chicas salvajes, los mandan a Invernalia para rescatar de las garras de los Bolton a la «falsa Arya», a la que todos creen una verdadera Stark.

Jon Snow

Y mientras, Jon envía a Casa Austera a un grupo de hermanos de la Guardia de la Noche a rescatar a los salvajes, pero nunca va él, como en la serie. Ese momentazo que vivimos en el capítulo 8 no ocurre nunca en la novela y solo nos enteramos del estado de la operación en Casa Austera a través de la información que le manda su compañero de la Guardia Cotter Pyke, con datos turbios e inquietantes. En esto, la serie sale ganando.

Antes de su trágico fin, Jon recibe una carta (no demasiado fiable) de Ramsay Bolton, donde afirma que Stannis ha sido derrotado y que ha capturado a Mance Rayder y a su hermana Arya (Jeyne Poole, en realidad), lo que echa al traste con todo lo que el bastardo Stark esperaba como resolución del conflicto en Invernalia. Además, el Bolton le exige lealtad a cambio de sobrevivir. En ese momento, Jon planea cargar contra Ramsay con todos los hermanos negros y los salvajes que quieran seguirlo, rompiendo de esta forma dos de los juramentos de la Guardia de la Noche: el de no tomar partido y el de dejar de lado a la familia que tenía antes de entrar al servicio de los cuervos. Esa decisión, así como otras polémicas como acoger a los Salvajes y darles tierras para que las habiten, son las que llevarán a su asesinato a manos de miembros de la Guardia de la Noche, que lo consideran (y, de hecho, lo es) un traidor a los principios de la Guardia.

En los libros, Jon también tiene un mayordomo, un joven hermoso al que apodan Seda y que antes de entrar en la Guardia de la Noche se había prostituido, algo que no gusta tampoco a sus compañeros cuervos. Pero este, que en la serie sería correspondiente al joven Olly (cuya familia y pueblo habían sido masacrados por los salvajes), nunca lo traiciona en las novelas. Sí lo hacen, sin embargo, algunos de sus mejores amigos, que lo acuchillan con lágrimas en los ojos.

Otro detalle es el protagonismo de su lobo huargo, Fantasma, ya que en la obra se muestra que todos los Stark tienen una relación con sus mascotas semejante a la que tiene Bran, aunque con habilidades mucho menos desarrolladas y controladas. En muchas ocasiones, Jon ve a través de los ojos de Fantasma y siente a través de su mascota, lo que hace pensar que podría llegar a trasladar su conciencia a la de su lobo huargo. En sus últimos momentos antes de morir, es el nombre de su mascota en lo último que piensa.

Algo destacable es que, a diferencia que con el resto de la gente, Fantasma tiene una relación especialmente amigable con Melisandre, que no teme la ferocidad del animal.

Veredicto: Funciona en las dos versiones, pero mejor en los libros. Solo por poder ver la escena de Casa Austera merece la pena el cambio que le hace salir del Castillo Negro. Pero por el camino perdemos la tensión del bastardo de los Stark con Melisandre, que dio pie a tantas fantasías amorosas y eróticas de los fans, y sus torpezas y aciertos en la gestión de la Guardia de la Noche, que ayudan a formar al joven personaje. La razón por la que es tachado de traidor por sus compañeros también queda muy desdibujada en la serie, cosa que no sucede en los libros.

Los trucos de Melisandre en los libros generan un sentimiento contradictorio. Por una parte, la sorpresa positiva de ver a Mance Rayder de nuevo entre nosotros (es una gran pérdida) y, por otra, el rechazo de creer que nos están tomando el pelo bajo el pretexto de la magia, que hace que a partir de ahí nos sea más difícil creernos algo.

Pero lo que sí funciona mejor en las novelas es la relación de Jon con su lobo huargo, Fantasma. Durante los capítulos se puede comprobar que, aunque en menor medida que Bran, Jon puede ponerse en contacto mental e incluso ver por los ojos de su mascota. En la serie, eso apenas se intuye.

Sam, más tiempo en el Castillo Negro

En El Muro, además del engaño de Melisandre, también Jon Snow hace su propio truco de prestidigitación.

Resulta que en las novelas, Mance Rayder tiene un hijo y, como él es el Rey-Más-Allá-del-Muro, pues su vástago tiene sangre real. Y ya sabemos cómo le pone a la Bruja Roja eso.

Así que Jon, para salvar al bebé de Mance, lo que hace es cambiarlo por el de la novia de Samwell, Gilly, y manda a su torpe amigo, a su chica y al bebé cambiado junto con el anciano Aemon Targaryen (también de sangre real) al sur, para que además Sam aproveche y se instruya como Maestre.

En la serie es Sam el que pide irse a Antigua, aunque mucho después que en los libros, lo que resta los movimientos que nos hacen percibir las cualidades de Jon Snow como estratega.

El centenario maestre Aemon, de hecho, no fallece en el Castillo Negro, sino a bordo del barco que los lleva a la ciudad del sur de Poniente.

Veredicto: Gana la historia en los libros porque, hay que decirlo claro, las escenas de Sam en la quinta temporada sobran.

Además, antes de partir, Sam trama un inteligente plan para lograr que elijan a Jon Snow como comandante de la Guardia de la Noche, que hace su proclamación verdaderamente vibrante. En la serie de televisión, en comparación, se queda en un quiero y no puedo.

Stannis

Un Stannis Baratheon menos estratégico y que toma una terrible decisión

El último de los hermanos Baratheon con vida sorprendió, en el penúltimo capítulo de esta quinta temporada, con una decisión que no se esperaban ni los lectores de los libros ni sus más acérrimos seguidores.

Es cierto que en el libro se puede comprobar cómo Stannis tiene una determinación de hierro a la hora de conseguir sus objetivos, pero ¿acabar con la vida de su propia hija por tener sangre real cuando hace dos temporadas solo usaban tres sanguijuelas para lograr su propósito? La decisión de los guionistas de la HBO no llega a sostenerse con fuerza por más que diese pie a una de las escenas de la temporada.

En los libros no solo no pasa tal cosa, sino que además Stannis abandona el Castillo Negro con su ejército dejando a su hija y su esposa a salvo en otro castillo de la Guardia de la Noche y a Melisandre acompañando a Jon Snow. De hecho, posteriormente Stannis se arrepentirá de no llevar consigo a la Bruja Roja.

Tampoco lleva Stannis hacia Invernalia a Davos, «El Caballero de la Cebolla», al que envía en una misión especial para convencer a uno de los grandes señores del Norte que se una a él contra los Bolton. En esta aventura de Davos, durante un momento parece que se han cargado al Caballero de la Cebolla, pero finalmente se trataba solo de una estratagema de despiste hacia los Bolton.

Todo esto presenta diferencias con la serie de la HBO, ya que en el libro Stannis despliega una inteligente estrategia en la que intenta ganarse el apoyo de varios señores del norte para atacar desde varios lugares Invernalia, incluso desde dentro.

Yara

En un momento dado, Stannis Baratheon también llega a capturar, tras un rápido asedio, a la hermana de Theon Greyjoy, Yara en la serie, que en ese momento se encontraba al mando de una de las grandes fortalezas del Norte, Bosquespeso.

Y, posteriormente, cuando Theon y la «falsa Arya» salen de los muros de Invernalia, son capturados y llevados ante la presencia de Stannis, que debate qué hacer con ellos.

Veredicto: Mejor en los libros. Aunque los fans coinciden en que el Stannis de la pantalla llega incluso a superar al de la saga literaria, por el buen hacer de su actor protagonista, la historia de los libros es más completa y demuestra las aptitudes bélicas del Baratheon. Además, no comete un crimen tan horrendo como el que presenciamos hace poco.

Una Cersei Lannister menos psicótica y un tejemaneje menos elaborado

A partir del cuarto libro, los lectores pueden comprender más a la leona y su complejidad psicológica, sus pasiones y sus miedos. Sobre todo sus miedos. Como sucede en la serie, una bruja le dice a Cersei Lannister en su infancia que verá morir a sus tres hijos y que una bella reina se lo arrebatará todo, pero añade también que el valonqar (una palabra que significa «hermano pequeño») acabará con su propia vida.

De ahí que cuando se entera de que su padre ha muerto seguramente a manos de su hermano Tyrion, que está en paradero desconocido, Cersei se vuelve completamente loca. La reina madre considera que el pequeño Lannister vaga por los pasadizos de la Fortaleza Roja, esperando el momento ideal para matarla. Solo se consuela mínimamente cuando hace incendiar con fuego valyrio la Torre de la Mano, en una memorable escena.

En su paranoia, se aleja de su hermano Jaime y empieza a sospechar de todo el mundo, sobre todo de los Tyrell. Acepta que su hijo pequeño se case Margaery y entonces empieza a pensar la forma de destrozar a esa pudiente familia.

Como Tommen es mucho más pequeño en los libros, Margaery y él nunca llegan a consumar el matrimonio y Cersei considera que la joven Tyrell tendrá necesidades sexuales, así que convence a un caballero, Osney Kettleblack (al que la propia Cersei había metido en su cama), para que se acueste con la joven reina, luego pida perdón, sea enviado al Muro y mate a Jon Snow, tras lo que conseguirá título de Lord.

Mientras, envía al otro Tyrell, Loras, a una misión suicida contra Rocadragón, donde quedan algunos soldados de Stannis, un asedio tras el cual el joven queda moribundo y deformado, aunque nunca se llega a saber si sobrevivirá o no.

Por otra parte, Cersei hace matar al actual Septón Supremo, al que ve muy subidito, y permite al nuevo, el Gorrión Supremo, que arme a sus fieles seguidores a cambio de perdonar a la Corona toda su deuda económica.

Cersei se cree la legítima heredera, en inteligencia política, de su difunto padre, pero se sobreestima. De hecho, su impaciencia hace que todo se le vaya de las manos. Como no consigue que Margaery se acueste con nadie (que ella sepa), obliga al caballero real a mentir y decir que ha mantenido relaciones sexuales con la joven reina, tras lo cual la joven Tyrell es arrestada.

No cuenta, sin embargo, con los terribles métodos del Gorrión Supremo para sacar la verdad de los penitentes. El mismo caballero que iba a ayudarla confiesa finalmente bajo tortura que nunca tuvo ninguna relación con Margaery y que, además, Cersei había asesinado al Gorrión Supremo.

Cersei

Es ahí cuando Cersei es capturada y, entonces, envía a su hermano gemelo, al que antes había despreciado, una carta en la que le pide ayuda.

De todas formas, en este caso los cambios en la serie, que hacen regresar a la anciana Olenna Tyrell y sacan provecho de la conversión a la Fe del primo de Cersei, Lancel, con el que ella se había acostado, funcionan a la perfección.

Veredicto: Tanto la trama de los libros como la de la serie funcionan perfectamente. En la serie, Cersei es presentada como una mujer mucho más inteligente, aunque de todas formas torpe, en el terreno de la estrategia política. Es una pena no poder entrar en su psique, con todas sus neuras, como sí sucede en la novela.

Pero, de todas formas, la trama desarrollada para la serie también funciona. Utilizan con inteligencia a su primo Lancel y recupera a lady Olenna, a la que siempre vale la pena tener por ahí.

Jaime

Los nuevos caminos de Jaime Lannister y Brienne de Tarth

Durante el casting de las Serpientes de Arena, una filtración ponía de los nervios a los fans de los libros por una frase: «Jaime Lannister está en Dorne». Muchos pensaban que era una broma, pero finalmente fue así, el gemelo de Cersei seguía un camino muy diferente al de la saga literaria.

Resulta que en la obra en papel, el tío de Catelyn Stark, Brynden Tully, se queda en la fortaleza familiar de Aguasdulces para defenderla (lógico, están en guerra) mientras Cate y su hijo Robb van a la Boda Roja.

Brynden, conocido como el Pez Negro, sigue al principio del cuarto libro defendiendo el castillo, difícil de asediar.

Así que Cersei manda a Jaime a tomar por la fuerza Aguasdulces y, por el camino, el intrépido león descubre que su primo Lancel se ha convertido en un devoto de la Fe. También descubre que su hermano Tyrion tenía razón y que su amada Cersei había estado manteniendo relaciones sexuales con Lancel mientras él era un cautivo de los Stark, de modo que se da cuenta de que su gemela tiene una cara oscura que él repudia.

Ya las puertas de Aguasdulces, Jaime se encuentra con varios de sus familiares, que tienen cautivo al hermano de Catelyn, el sinsangre Edmure Tully, y que amenazan con matarlo si el Pez Negro no cede la fortaleza. Finalmente, tras una intensa negociación que está entre los mejores momentos de los dos últimos libros, Jaime consigue llegar a un trato y se hace con el control del asentamiento, aunque no logra evitar la huida del tío de Catelyn río abajo.

Después, Jaime recibe la carta de Cersei poco antes de encontrarse por el camino de vuelta a Desembarco del Rey a Brienne. El Lannister sigue enfadado con su hermana gemela, así que decide, finalmente, irse con la guerrera.

Veredicto: Mejor en el libro. Nos perdemos uno de los mejores momentos del libro cuarto, el asedio de Aguasdulces, y las conversaciones entre los Lannister que ayudan a entender mejor a su familia (por ejemplo, que el verdadero descendiente de Tywin, por carácter e inteligencia, es Tyrion). Además, la alegría que es siempre ver a Brynden Tully, un personaje enorme.

Y todas esas pérdidas a cambio de que Jaime vaya a Dorne, en una trama que nunca termina de arrancar. Además, con su presencia desdibuja y convierte en enemigos a los dornienses, personajes todos ellos más interesantes en la obra literaria.

Como Bronn va con Jaime a Dorne, nos perdemos también una de sus mejores salidas de tono; cuando este, casado con una mujer noble, decide ponerle a su hijo, solo con el objetivo de molestar a Cersei, el nombre de Tyrion.

Brienne

En cuanto a Brienne, que finalmente confluye con Jaime, en el cuarto libro la guerrera tiene una de las tramas más aburridas de la saga. No ayuda a la narración de Martin que sepamos el paradero de Sansa, ya que a la guerrera le aseguran que la van a llevar a donde está la chica de pelo rojizo. Ahí comienza un camino que apenas tiene interés porque todos sabemos en todo momento que la están engañando.

De todas formas, sí le pasan cosas. Se encuentra con uno de los chavales que la vacilaban de joven y se reconcilia con él, mata a alguno de sus peores enemigos, se topa con el desaparecido bastardo de Robert Baratheon, Gendry (el que era amigo de Arya) y pelea con un tío que se hace pasar por el Perro y que le come (literalmente) la cara.

Además, gracias a Brienne descubrimos que dos personajes que aparentemente habían muerto siguen vivos y que, por si la serie decide que también regresen, mejor no nombraremos.

Los cambios de la serie tienen puntos positivos y negativos. Uno de los mayores defectos tiene que ver con el hecho de que en la serie, con respecto a los libros, suceden más coincidencias. Brienne se encuentra, en un país tan grande como Poniente, no con una sino ¡con las dos hermanas Stark desaparecidas! En los libros nunca llega a pasar tal cosa, porque la narración de Martin, aunque del género fantástico, apuesta por intentar dotar de realismo a su mundo.

Por otra parte, la pobre Brienne ve reducida su participación en la mayor parte de la quinta temporada a un par de escenas. Aunque esto, teniendo en cuenta su pesada -aunque con ciertos detalles interesantes- trama, también es un punto a favor de la serie.

En los libros, por supuesto, dado que está en otro rincón de Poniente, no llega a encontrarse nunca con el Stannis moribundo.

Veredicto: Teniendo en cuenta que Brienne no tuvo apenas peso en la temporada (a falta del último capítulo, que podría cambiar el asunto), nos tenemos que quedar con la trama de los libros, a pesar de que es quizás una de las más soporíferas de los libros de George R. R. Martin.

Tyrion

Un trayecto más sencillo para Tyrion

Hay telespectadores que pensarán que Tyrion ha sufrido un poco en su camino hasta Danaerys. Eso es porque no han leído los libros.

Para empezar, la serie tiene en su trama un sinsentido de cara a la tensión del espectador. En televisión, Varys va a llevar a Tyrion ante la presencia de la dragona, pero de repente lo rapta Jorah Mormont y lo lleva... ¡ante la presencia de la dragona!

Esto, por supuesto, no es así en las novelas. Varys tiene otras intenciones que no pasan por apoyar a Daenerys como futura reina de Poniente, sino a un personaje que no hace su aparición en la serie, que tiene el apodo de Griff el Joven y que sería, supuestamente, Aegon Targaryen, sobrino de la dragona y legítimo heredero al Trono de Hierro. Está acompañado de Jon Connington, un personaje al que cualquier lector echará de menos en la serie, y con él se dirige a tomar Poniente. Así que el eunuco deja al enano con ellos para que les ayude como consejero y es con ellos con quienes sufre el ataque de los Hombres de Piedra, que acaban infectando a Jon Connington, no a Jorah.

Por el camino, de la misma forma que en la serie, lo rapta Jorah Mormont y, ahora sí, se dirigen hacia Meereen, donde está Daenerys.

Tyrion Jorah

Pero el trayecto hacia allí es duro. Se encuentran con una mujer enana que había participado en la boda de Joffrey, se suben a bordo de un barco y sufren una enorme tempestad y finalmente son abducidos por esclavistas. Así llegan a Meereen, donde los compra Yezzan zo Qaggaz.

Tyrion nunca llega a hablar con Daenerys y, en el momento del gran día en las Arenas de Combate, él y su compañera enana son forzados a representar un espectáculo bufo sin saber que, cuando acaben, serán devorados por leones.

De todas formas, en ese momento se desata el caos, llega el gran Drogon y Tyrion y Jorah consiguen escapar y recuperar su libertad.

Los cambios de la serie, sin embargo, logran un momento impagable: el encuentro entre Daenerys y Tyrion y su conversión en consejero de la dragona. Y nos simplifican una trama de aventuras muy rica en matices, pero también con demasiados giros narrativos.

Veredicto: La trama en la televisión se queda un poco coja y todo se soluciona rápida y fácilmente. Pero solo por la emoción de ver al pequeño Lannister con Daenerys, sinceramente cualquier cosa merece la pena.

Eso sí, perdernos por el camino a un personaje tan brillante como Jon Connington es difícil de superar.

Menos intrigas palaciegas para Daenerys

La historia de Daenerys es de las más parecidas a la que cuentan los libros. Hay, sin embargo, pequeñas diferencias que serían nefastas para quienes como la dragona están encantados de ver en pantalla el cuerpo desnudo de Daario Naharis, ya que la reina Targaryen, en el momento en que decide casarse con Hizdahr zo Loraq, lo envía lejos para así no caer en tentaciones peligrosas para su posición.

Así que ella sigue reinando con la ayuda de Barristan Selmy (que nunca llega a morir), recibe la proposición matrimonial de Quentyn Martell (personaje que no aparece en la serie), abre las Arenas de Combate y, durante la celebración de una lucha, intentan envenenar a Daenerys con unas langostas que acaba comiendo uno de los más fieles seguidores de la dragona.

Finalmente aparece Drogon sobre la arena y Daenerys, como en la serie, sale volando hacia un lugar desconocido.

Veredicto: Las dos versiones funcionan. Lógicamente, todo es más completo en la saga literaria, pero la versión televisiva solo corta lo necesario.

La muerte de Barristan Selmy no ocurre jamás en los libros, y este queda en situación de interinidad cuando Daenerys se ausenta, pero al hacer que la dragona se encuentre con Tyrion y se haga su consejero, es cierto que no tenía sentido la coexistencia de ambos.

Serpientes

Dorne, una trama secundaria

Había mucha expectación con la trama dorniense, sobre todo, por sus localizaciones en España. Además, el hecho de que mantuviesen a las tres principales hijas de Oberyn (cuando la serie de Juego de Tronos es famosa por recortar hermanos, como los Tyrell, que tienen un hermano mayor en los libros) llevó a pensar que la historia que sucede en la región más meridional de Poniente iba a tener una especial trascendencia.

Al final, y a pesar de la presencia de Jaime Lannister en el sur, Dorne no acabó teniendo tanto peso y sus personajes quedaron enormemente desdibujados.

Las tres hijas de Oberyn Martell tampoco aparecen demasiado en los libros, pero hay un personaje, la primogénita de Doran Martell, Arianne, que sí tiene un peso sustancial.

En la serie, eliminaron el personaje y, con él, un interesante debate y un alegato feminista, ya que en Dorne, si la primogénita es mujer, es la legítima heredera. Con Arianne se fue el personaje más poliédrico y potente de la región, con sus inseguridades y sus incoherencias.

Juego de Tronos optó por dar la voz cantante a la amante de la Víbora Roja, Ellaria Arena, pero tampoco llegó a tener la importancia de Arianne en la obra literaria.

Arianne Martell, a diferencia de Ellaria Arena en la serie, nunca tiene ninguna intención de hacerle daño a la pequeña Myrcella, pero mientras está desarrollando un plan para coronar a la joven Lannister como reina (ya que es mayor que Tommen y, según las normas dornienses, ella sería heredera), las tropas de Doran Martell frustran el plan y, en ese momento, uno de los aliados de Arianne, conocido como Estrellaoscura, aprovecha el caos para traicionarla e intenta asesinar a Myrcella, aunque finalmente solo logra rajarle la cara.

En los libros, es un caballero de la Guardia Real, que además trae la cabeza de La Montaña (que había matado a Oberyn), el que se dirige a Dorne. Cuando llega, ve ya a la pequeña Lannister herida, aunque finalmente los dornienses consiguen hacerle creer que no tuvieron nada que ver y le dicen dónde encontrar al hombre que intentó matar a Myrcella.

Por otra parte, y de la misma forma que en la serie, Doran Martell envía una comitiva de vuelta a Desembarco del Rey, aunque por tierra, para que la hija de Cersei pueda volver a ver a su madre. La pequeña Myrcella Baratheon, de momento, sigue viva en la saga literaria.

Veredicto: Mucho mejor en los libros. Esta trama literaria se convierte en una pseudotrama en la serie. Y, como Jaime, personaje al que conocemos y queremos, está ahí, los espectadores acaban viendo a los dornienses como extraños, como «los otros». En el libro, George R. R. Martin logra hacer que los personajes de Dorne acaben teniendo una relevancia especial, pero esto no pasa en la televisión. Además, Arianne es un personaje demasiado fuerte como para dejarlo de lado.