Crónica con spoilers (ojo, cuenta lo que pasa en el episodio y hace referencias a otras temporadas y a los libros publicados) de «The Dance of Dragons», el noveno capítulo de la quinta temporada de la popular y prestigiosa serie de fantasía
08 jun 2015 . Actualizado a las 21:15 h.El capítulo ocho de la quinta temporada de Juego de Tronos alardeó la semana pasada de una horda de malos malísimos al otro lado del Mar Angosto. Lo hizo en una batalla gloriosa, visualmente espectacular, catalogada como de lo mejorcito que hasta ahora ha dado esta entrega de la adaptación de la saga de George R. R. Martin. Pero ¿a qué lado del muro se encuentra realmente el enemigo? Al adrenalítico Hardhome le sucede esta semana The Dance of Dragons, el episodio número nueve. Y aunque no eran minoría los que pensaban que la cuota de sobresaltos se encontraba ya cubierta, Juego de Tronos ha sido fiel a sus costumbres. Los minutos finales de Casa Austera fueron apoteósicos, apocalípticos y dantescos. Pero el plato fuerte, la crueldad más absoluta, el shock más sobrecogedor llegó, como siempre ha sucedido, con el penúltimo capítulo.
Alguien mató a alguien en Juego de Tronos. Nada nuevo, sin embargo, bajo el sol de los Siete Reinos. Nada a lo que los devotos del universo de Martin no estén acostumbrados. Nada, incluso, que no deseen, inquietos y nerviosos, durante los cincuenta minutos que dura cada episodio. Esta vez, en cambio, ha sido distinto. En primer lugar, por lo salvaje del episodio. En segundo, por la inocencia de la víctima. En tercero, por el abismo que se abre con este acontecimiento entre lo que sucede en el libro y lo que se ve en la pequeña pantalla. Y en cuarto lugar, por la indignación que el episodio ha despertado entre los fieles de Juego de Tronos. El nombre de Stannis lleva todo el lunes instalado en la lista de trending topics de Twitter. Bajo el hashtag, una oleada de tuits de seguidores escandalizados y crispados tras los acontecimientos.
¿Qué es lo que hace Stannis para dejar tan desencajados a los fanáticos de Juego de Tronos? Seguir los consejos que le dio Melisandre hace un par de episodios tras sufrir un inesperado ataque en su campamento. Primero, el menos carismático de los hermanos Baratheon -y el único que queda vivo de los tres- se las apaña para deshacerse temporalmente de su fiel ayudante, Davos Seaworth «el caballero de la cebolla». Sin nadie que le pueda parar los pies, Stannis decide llevar a cabo el plan de la bruja roja, sacrificar a la pequeña Shireen como ofrenda al Señor de la Luz, un requisito esencial -el derramamiento de su sangre- para conseguir el trono.
La dulce niña con psoriagrís es conducida por su padre, tras mantener con él una charla sobre la Danza de Dragones -una antigua guerra entre el rey Aegon II Targaryen y su hermana Rhaenyra que además da nombre a este noveno capítulo-, hasta el exterior de su tienda. Allí, dos soldados la sujetan a un madero bajo la nieve. La atan. Y la mantienen inmóvil mientras la pequeña grita y llora, llamando a sus padres, clamando para vivir. A su lado, Melisandre sujeta una antorcha. Invoca al Señor de la Luz. Y le prende fuego a la pequeña mientras Stannis Baratheon y su mujer contemplan la escena; imperturbable él, destrozada ella, que en el último momento se da cuenta de la atrocidad que acaba de permitir.
El resto del capítulo nueve de esta quinta temporada de Juego de Tronos se desarrolla en cuatro escenarios más. En el Muro, Jon Snow se muestra derrotado y lleno de remordimientos a su vuelta. En Dorne, el príncipe Doran le pone los puntos sobre las íes a Ellaria, después de su negativa a compartir mesa con Jamie Lannister, quien no desiste en su idea de llevarse a casa a su «sobrina» Myrcella. Y en Braavos, Arya continua con su peculiar entrenamiento transformada en Lanna, pero, tal y como sospechaba Valar Morghulis, la pequeña Stark es de momento incapaz de desvincularse por completo de su pasado. En el puerto, se topa con Meryn Trant, al que sigue hasta un prostíbulo, donde parece que él también la reconoce.
Juego de Tronos 05x09 termina con un redoble de tambores en la arena de Meereen. Acomodada en la plaza de toros de Osuna, la actriz Emilia Clarke, en la piel de Daenerys Targaryen, contempla bien flanqueada todo lo que sucede en el reñidero. Jorah Mormont, que no parece aceptar un «no» por respuesta de la Khaleesi, regresa al combate para demostrarle todo su valor. Cuando parece que Daenerys va a darle su enésima patada en el culo, el antiguo servidor dispara una lanza, para sobresalto de los espectadores, en dirección a la reina.
No es ella su objetivo, sino un Hijo de la Arpía, situado en su espalda, dispuesto a acabar con Daenerys. Arranca en ese momento una agitada lucha entre los oponentes al régimen de la Targaryen, camuflados entre el público, y sus consejeros y defensores, que culmina con un angustioso acorralamiento en la pista central. Todo parece perdido en Juego de Tronos. La minoría formada por la rubísima reina, su cómplice Daario Naharis, su nuevo mejor amigo Tyrion Lannister, Jorah Mormont de nuevo entre sus filas y su joven sirvienta Missandei frente a la mayoría de máscaras doradas. Y entonces aparece Drogon, uno de los tres dragones, para salvar a su madre y llevársela de allí volando. La cara del Lannister enano, alucinando en colores, de lo mejor de este frenético final.