Los cardenales se reunirán el lunes por primera vez para preparar el cónclave

Efe

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Tras el fin del pontificado de Benedicto XVI, el gobierno provisional de Iglesia pasa a manos del cardenal camarlengo Bertone

01 mar 2013 . Actualizado a las 19:55 h.

La primera congregación de cardenales preparatoria del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI se celebrará el lunes, según aunció hoy el cardenal de Nápoles (Italia), Crescenzio Sepe. Sepe hizo el anuncio durante la adoración eucarística en el Duomo (catedral) de Nápoles, celebrada para despedir a Benedicto XVI, que ha dejado de ser papa tras casi ocho años de pontificado.

La Iglesia Católica ha entrado en periodo de sede vacante y ya mañana, viernes, el cardenal decano, Angelo Sodano, comenzará a llamar a los cardenales para preparar el cónclave y participar en las congregaciones preparatorias.

A partir de la celebración de la primera congregación de cardenales, ya se podrá anunciar la fecha del cónclave, según explicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Tarcisio Bertone, toma el control

Cuando fallece un papa o renuncia, como es este caso, el gobierno provisional de la Iglesia católica pasa a manos del cardenal camarlengo, cargo que ostenta el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, nacido en Romano Canavese (Italia), el 2 de diciembre de 1934.

El cardenal camarlengo es el que se encarga de la administración de los bienes y de los derechos temporales de la Santa Sede, ayudado por tres purpurados asistentes. También es quien se encarga de confirmar -una vez informado por el Prefecto de la Casa Pontificia- de la muerte del Papa, de firmar el acta del deceso, de sellar el apartamento del pontífice difunto, de tomar posesión del Palacio Apostólico Vaticano y de los palacios Lateranense y de Castel Gandolfo.

En esta ocasión como sigue vivo, lo primero que hizo el camarlengo, una vez que Benedicto XVI ha dejado de ser papa a las ocho de la tarde, fue sellar el apartamento del pontífice y tomar posesión del Palacio Apostólico Vaticano. Dado que Benedicto XVI se marcha a Castel Gandolfo y allí no se guardan documentos importantes del Pontificado, la residencia de verano de los papas que se levanta sobre el lago Albano, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, no será precintada. También tendrá que anular el anillo del Pescador, que simboliza el poder pontificio. Su destrucción es la señal de que el reinado ha concluido.

La Constitución Apostólica «Universi Dominici Gregis» contempla que, mientras esté vacante la Sede Apostólica, el colegio de cardenales no tiene ninguna potestad o jurisdicción sobre las cuestiones que corresponden al Papa. También contempla que las leyes existentes no pueden ser corregidas o modificadas y que a los cardenales lo que les corresponde es tomar decisiones urgentes como establecer el día, la hora y el modo en que el cadáver será trasladado a la basílica de San Pedro y preparar las exequias, en caso de que el papa haya fallecido.

Cuando el Papa muere o renuncia cesan de sus cargos todos los jefes de los consejos pontificios e incluso el secretario de Estado. Sólo permanecen el camarlengo, el penitenciario mayor y el vicario para Roma.