La gallega que cambió su vida pasados los 50 por cultivar setas milenarias

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Geli González decidió abrir su propia plantación de shiitake en Trives en el 2019

23 nov 2022 . Actualizado a las 09:02 h.

Geli González es una trivesa enamorada de todo el macizo Central. De su tierra, de su gente y de los productos de su zona. Algo muy parecido a lo que le pasa a Anxo Fernández, del restaurante de Trives La Viuda. Precisamente fue él quien le pasó la información de un curso sobre el cultivo en troncos de la seta japonesa shiitake. Lo impartía la única persona que las cultivaba por la zona en el 2019: Bea Rey en Castro Caldelas. «No lo sé explicar. Me enamoré. Al día siguiente del curso llamé a un vecino de aquí que se dedica a la leña y ya le pedí los troncos para empezar mi plantación», recuerda. En ese momento de su vida estaba en paro y decidió, con 57 años, darle una vuelta de 180 grados. La shiitake es una seta milenaria, con infinidad de propiedades, pero, tal y como explica Geli, también es muy caprichosa. «La primera cosecha salió en el 2020, en plena pandemia, porque increíblemente a este hongo le gusta la humedad y el calor por lo que brota mejor en verano», relata. «Es antioxidante, muy rica en vitaminas, ayuda a regular el colesterol... En Japón la usan en programas anticancerígenos y la están estudiando para emplearla en pacientes con covid persistente», añade Geli. Tiene muchísima fibra y proteína, por lo que es considerada la carne vegana. Su textura es parecida al boletus, pero con menos agua. Está riquísima y por eso la usan en sus cocinas los mejores chefs. Puede degustarse en La Viuda, en algunas propuestas del Arroutada de la capital o en A Faragulla de Chantada, entre muchos otros. En la panadería Caneda las hacen en empanada con panceta y calabacín. Las setas que cultiva Geli también pueden comprarse en los supermercados de A Pobra de Trives, en tiendas eco de Ourense como O Cabaceiro o Aira Bio o a través de la página web. Se venden frescas, deshidratas o en polvo. «Para condimentar cualquier plato», explica Geli. Las acaba de sacar en dos nuevas versiones: al natural, como si fuese una conserva, y en confit, listas para calentar y disfrutar en guiso con cebolla caramelizada.

Cambio de vida

Cuando comenzó su propio cultivo, Geli tenía 57 años y ninguna experiencia en el sector. «Había trabajado de casi de todo. En Correos, en Tragsa, en Adolfo Domínguez, en el INE... pero este proyecto me enamoró y además me permitía quedarme en Trives así que opté por emprender», explica. Y no se equivocó. Esta emprendedora está feliz con su propio negocio. «Si se me llega a ocurrir antes, lo habría hecho sin dudarlo, imagínate lo que fue ponerme a cargar troncos con aquella edad, muy duro. Pongo toda la carne en el asador, pero estoy encantada con mi trabajo», admite.

La cosecha se detiene por el exceso de frío entre enero y marzo y normalmente las setas shiitake que hay cultivadas de antemano se agotan. «La forma de cultivo de esta seta es un espectáculo, verla salir de los troncos es algo único. Creo que eso fue lo que más me impactó, la belleza y delicadeza con la que crecen», afirma Geli. El negocio tampoco para de crecer, de hecho entre los nuevos productos que han presentado ya va uno con la shiitake cocinada. «Es una versión en la que nos hemos arriesgado. El confit va con la seta elaborada con cebolla caramelizada, salsa soja tamari y azúcar moreno. Es perfecto para combinar con arroces o guisos. Estamos expectantes a ver si a la gente les gusta», termina.