Marta Ortega: Ella es la niña de sus ojos

S. Faginas / P. Portabales / M. Vidal

GENTE

Marta G. Brea

Tuvo una «au pair» británica, estudió en los jesuitas de A Coruña, el bachillerato en Suiza y empresariales en Londres. Marta Ortega ha seguido una completa formación hasta incorporarse a trabajar en Inditex

10 mar 2013 . Actualizado a las 22:10 h.

En poco más de doce meses la vida de Marta Ortega ha dado un giro brutal porque ha creado su propia familia. Un pilar que en ella ha sido fundamental desde niña. Quienes la conocen dicen que es una chica educada, tímida, muy parecida a sus padres, en especial a su madre, con quien además guarda un gran parecido físico. Sus progenitores tuvieron claro que aprender inglés era algo indispensable en su educación y por eso cuando era pequeña contrataron los servicios de la au pair británica Brigitte. Marta estudió en el colegio Santa María del Mar, en A Coruña, hasta 4.º de ESO y posteriormente completó su formación en un colegio en Suiza.

«No se podría decir que era una alumna de notas brillantes, pero tampoco suspendió nunca. Normal. Lo que sí era es muy tenaz y voluntariosa», cuenta una antigua compañera de clase. Con las expectativas de continuar con el negocio familiar, Marta Ortega decidió estudiar Empresariales en la European Business School de Londres, donde se licenció y posteriormente, a finales del 2007, con solo 23 años, se incorporó a Inditex, en esa línea formativa de Fast Track Rail (carrera rápida) para conocer de cerca el funcionamiento de los diversos departamentos de la multinacional y en distintos lugares del mundo. Con el objetivo de prepararla para que algún día recoja el testigo de su padre y se convierta en la persona que gestione la tercera fortuna del planeta. París, Londres y Shanghái fueron los destinos elegidos donde Marta llevó a cabo tareas propias de cualquier empleado. A comienzos del 2008, era una más en la tienda que Zara tiene en el barrio londinense de Chelsea, donde trabajaba de cara al público. Hasta allí se acercaron tanto amigos de la joven para visitarla como algún gallego que, al reconocerla, no dudó en saludarla: «Me presenté a ella, y le dije que era de A Coruña y me contestó muy amablemente. Iba vestida de calle y estaba por la tienda colocando la ropa», narra una joven coruñesa que por aquel entonces estudiaba en la capital británica.

De londres a A Coruña

Por esas fechas, Marta Ortega se convirtió en vicepresidenta de dos sociedades de Inditex, sin poder ejecutivo. Y, ya de regreso a A Coruña, comenzó a trabajar en la sede de Inditex, en Arteixo, adonde acudía hasta hace poco en su propio coche particular (un Mini). Algunas fuentes aseguran que, también durante estos meses, los decoradores habituales de Inditex han estado remodelando la casa que la pareja tiene en Barcelona, donde han pintado de azul la habitación del bebé. Quizás con la intención de irse a vivir próximamente.

Pero lo que no se puede negar es que Marta, a quien parte de la prensa ha calificado como «la princesa de Zara», es el ojo derecho de su padre. Amancio Ortega, poco amigo de aparecer en público, ha roto la barrera de la distancia cuando se trata de ella. Siendo una niña, su padre, que jamás había aparecido en prensa, acudió alguna vez a verla nadar en la piscina de la Hípica y sorprendió a todos cuando se presentó en la inauguración del centro hípico Casas Novas en el 2000, y por fin se le pudo fotografiar. A partir de ese momento, en pocas ocasiones se ha visto en público al dueño de Inditex que no sea en el complejo deportivo que él mandó construir para su hija.

La complicidad de ambos quedó patente el día de su boda cuando un orgulloso Ortega, de corbata, sonreía minutos antes de llevar a Marta al altar. Una capilla, la del pazo de Drozo, en Anceis, donde once años antes él le daba el sí quiero a Flora Pérez Marcote, tras 19 años de relación.

El vínculo estrecho entre madre e hija se ha intensificado en los últimos meses, a raíz del embarazo de Marta, del que Flora ha estado muy pendiente hasta el final. No solo la acompañó mientras daba a luz, sino que en estos primeros días ha cuidado de ella como haría cualquier madre. Y es que si no fuera por el revuelo que se ha creado a las puertas del Hospital Quirón, el nacimiento de Amancio Álvarez Ortega hubiese pasado inadvertido.

Este niño, que está llamado a continuar el imperio de Inditex, es el cuarto nieto de Ortega, pero el primero que lleva su nombre. Los tres anteriores son hijos de Sandra, su primogénita, fruto de su primer matrimonio con Rosalía Mera, con quien también tiene otro hijo varón, Marcos.

Una historia, la de los Ortega, con pinceladas de osadía, tesón y mucha normalidad, que ha cincelado una nueva manera de ser rico.