La joven de Noia admite que ahogó a su hijo para ocultárselo a su pareja

J.?R. NOIA/LA VOZ.

GALICIA

Familiares y conocidos afirman que fue la madre quien exigió a los abuelos que el niño se fuese con ella a Mahón

30 nov 2010 . Actualizado a las 11:18 h.

Era el titular que nadie quería escuchar. La noiesa Mónica Juanatey Fernández, de 30 años y madre del menor cuyo cadáver fue encontrado la semana pasada dentro de una maleta en un paraje del sur de Menorca, confesó ayer que ahogó a su hijo hace dos años al sentirse «agobiada» cuando los abuelos del niño, según explicó, se lo mandaron días antes desde Noia, ya que había ocultado su existencia a su actual pareja.

A sangre fría y «en caliente», según relatan fuentes policiales, la madre sumergió a su hijo en la bañera de casa antes de meter su cadáver en una maleta y abandonarlo en el campo. Al regresar su pareja al domicilio, la mujer le dijo que su «sobrino» -que era como lo identificaba- había regresado con su familia a Galicia, haciendo desde entonces «una vida normal», según dijo durante la declaración, que duró cuatro horas. Ante estos hechos, fue el magistrado del Juzgado de Instrucción Número 2 de Mahón quien acordó prisión provisional comunicada y sin fianza para Mónica Juanatey. La autora confesa de este parricidio fue puesta a disposición de la autoridad judicial por el grupo de homicidios de la Jefatura Superior de la Policía de Baleares, siendo posteriormente trasladada a la prisión de Palma, ya que Menorca carece de centro penitenciario.

Todo indica que los padres de Mónica Juanatey se desplazarán hoy a las islas Baleares desde Noia, donde residen y de donde es natural esta familia, para hacerse cargo de los restos mortales de su nieto, que trasladarán a Galicia para darles sepultura.

Contradicciones

Todas las fuentes consultadas en el entorno familiar coinciden al afirmar que no existía ninguna relación entre los padres y la hija, sobre todo desde que regresó para llevarse al niño, testimonios que contradicen lo manifestado por la madre en el juzgado: «Fue la abuela quien crió al niño y cuando Mónica regresó para llevárselo a la abuela le dio un disgusto del que nunca se recuperó. Fue ella quien lo requirió y no al revés».

Otro vecino de Noia cercano a esta conocida familia explicaba que «a los padres no les gustaba demasiado la vida que llevaba su hija, ya que salía mucho». Una situación que se tornó en falta total de comunicación cuando el niño fue demandado por su madre, separándolo para siempre tanto de los abuelos como del padre biológico, natural de Lousame y con el que mantuvo una relación irregular durante varios años. Llegados a este punto, varias fuentes consultadas confirmaron que los abuelos se plantearon muy seriamente la posibilidad de solicitar la custodia del nieto, al entender que su hija no era la persona más adecuada por la falta de medios económicos y el tipo de vida que llevaba.

Trabajos variados

Siendo madre, Mónica Juanatey vivió una temporada en Noia por su cuenta, regresando al poco tiempo a la casa de sus progenitores. Durante esta época fueron varios los trabajos que realizó: hostelería, limpieza de playas y dependienta en una tienda de alimentación. Ocupaciones, todas ellas, que siempre tuvieron una corta duración y que no le permitieron asentarse. Cabe decir que también siendo madre y, aún en Noia, fueron varias las relaciones sentimentales que mantuvo, no prolongándose ninguna en el tiempo.