El director del parque se muestra más técnico que político. Sus medidas no han gustado ni a pescadores, ni a propietarios, aunque el parque sea cada vez más visitable.
-Dirigir un parque que es privado debe ser complicado.
-El parque es privado al 79%, lo que está en los rangos habituales de los parques naturales. Las medias están entre el 60 y el 75%
-Menudo problema tienen con los eucaliptos.
-Es uno de nuestros principales desafíos, porque hay una barbaridad y están penetrando de forma autónoma y de una manera desbocada. Pero es algo que tenemos que gestionar de acuerdo con los propietarios. Mantendremos la posibilidad de que se planten allí donde está permitido, pero ayudaremos a todos los que quieran sustituirlos. Hay que pensar que si las fragas existen es porque la gente supo hacer un aprovechamiento sostenible y, si la gente se va de aquí, el parque desaparecerá.
-El río tampoco está muy bien.
-El río tiene un problema muy serio, porque depende absolutamente de la presa. Queremos negociar el manejo de caudales y ajustarlo mejor a los requerimientos ecológicos; aproximarlo más a su ciclo natural.
-¿Es un río con enfermedades endémicas?
-Es un río con un riesgo endémico de acidificación y que, a la mínima perturbación, baja mucho su pH. Eso fue lo que pasó con los últimos vertidos.
-Y murieron reos a cientos.
-Eso es falso. Nosotros hemos recogido 63, y esos son los que han muerto.
-Los pescadores no están de acuerdo.
-Los pescadores hacen muy bien con estar atentos, pero nosotros somos profesionales que trabajamos aquí todos los días. ¿Sabemos menos que ellos? No olvide que los pescadores le sacan al río entre 800 y 1.000 reos al año. Y con este vertido murieron 63.