La perrera clandestina de Rianxo, una especie de centro de acogida de animales donde 130 ejemplares llevan años viviendo rodeados de excrementos, cadáveres de bichos muertos y basura, parece tener los días contados. A raíz de una denuncia de la protectora de animales de Vilagarcía, la Consellería de Medio Ambiente ha decidido intervenir para evitar que dos mujeres sigan teniendo los canes hacinados en cuadras, galpones e incluso en su casa.
Los acontecimientos empezaron a precipitarse el sábado. Varios miembros de la protectora de Vilagarcía acudieron a Rianxo alertados por carteles que pedían ayuda económica para la perrera. Ante tal panorama, lo que hicieron fue tomar centenares de fotos y denunciar un caso de maltrato animal. Horas después, Seprona y Medio Ambiente hacían una primera inspección. Encontraron 129 perros en muy malas condiciones higiénico-sanitarias y hoy envían a Rianxo veterinarios del hospital Rof Codina de Lugo a desparasitar y evaluar a los animales. También se estudia ya el traslado de los canes a otros centros.
A mayores, la Xunta comprobó que la perrera carece de registro y licencia y, además, vierte aguas fecales a propiedades de vecinos. Hoy también pretenden limpiar las instalaciones.
El Concello era consciente de la situación desde hace años, ya que en noviembre del 2002, tras numerosas denuncias vecinales y del Seprona, el alcalde había anunciado medidas drásticas contra la perrera.