El mutismo se apodera de la parroquia y los vecinos prefieren no comentar la sentencia
01 dic 2011 . Actualizado a las 11:21 h.El silencio se impuso ayer en la parroquia de Chandebrito. Hay 24 vecinos condenados por hostigar a dos familias que residen en la parroquia. Para la jueza han quedado demostradas las agresiones que sufrieron hace ya diez años. Pero la polémica se vive de puertas para adentro. Ninguno ha querido valorar el fallo judicial. Tampoco hablaron durante las sesiones del juicio. La palabra «no me acuerdo» fue la más repetida durante las vistas que se celebraron el mes pasado. Algunos de los acusados valoran ya la posibilidad de recurrir la sentencia. Los días del juicio nadie se declaró culpable. O no estaban o pasaban por allí, pero nadie recordaba haber agredido a Josefa Gallego ni haber participado en las multitudinarias concentraciones a la puerta de su casa.
Muchos se sintieron engañados porque cuando en su día se apuntaron en la Guardia Civil para denunciar a Josefa Gallego por una supuesta agresión a un deficiente que le tiró un petardo, en realidad estaban confeccionando la lista de los imputados, los que diez años después tuvieron que sentarse en el banquillo.
A Josefa Gallego llegaron a amenazarla de muerte, colocaron una tumba en la puerta de su casa y hasta más de medio centenar de personas se agolparon en su vivienda, coaccionándola durante semanas. Usaron el miedo y la violencia para intentar expulsar a una forastera del pueblo, pero perdieron la batalla. La mujer continúa viviendo hoy en día en el pueblo y la jueza ha condenado en primera instancia a un grupo de vecinos por aquellos hechos.
El mutismo predomina en la parroquia, al menos de cara a la galería. Muchos vecinos desearían pasar página a este capítulo tan truculento de su historia reciente.
Denuncias urbanísticas
Pero la historia continúa, porque ahí siguen activas las denuncias urbanísticas por presuntas infracciones que presentó esta mujer y a las que después se sumó otro denunciante. Hay quince órdenes de demolición de viviendas en esta parroquia por haber sido construidas sin licencia, así como multas coercitivas que todavía están pendientes de cobro en el Concello. El futuro Plan Xeral no podrá resolver todas las presuntas irregularidades urbanísticas.
Ayer volvió a ser un día tranquilo en la aislada parroquia de Chandebrito, pero demasiada tranquilidad para la que se les ha venido encima a 24 vecinos por unos hechos que sucedieron hace una década. Que existe un odio contenido lo prueba la agresión que sufrió el marido de Josefa Gallego durante la tercera jornada del juicio. Un vigilante le propinó un puñetazo en la cara y al día siguiente fue despedido.
El juicio por la revuelta de Chandebrito ha reabierto una vieja herida que ahora los vecinos tapan con el silencio.
550 habitantes
5,2 kilómetros cuadrados
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