El alcalde cangués ordenó el cierre del Thais, Dedos y Cosmos, tres locales de diversión nocturna del entorno de la avenida de Marín, y dos chiringuitos de playas, los de Arneles y Areacova. El motivo es el incumplimiento reiterado de los horarios de cierre y, en el caso de los chiringuitos, también el excesivo volumen de la música, lo que provocó denuncias de los vecinos de ambas zonas.
La decisión fue adoptada el pasado lunes en comisión de gobierno y comunicada anteayer a los afectados. «Unha cousa é ser tolerantes, que o vamos ser, e outra é ignorar que a diversión e o dereito ao descanso teñen que ser compatibles», indica el regidor cangués.
El alcalde mantiene la presión sobre los locales nocturnos que también ejerció su predecesora en el cargo, que ordenó en varias ocasiones el cierre de diversos establecimientos por incumplir el horario de cierre y por el exceso de volumen de sus locales. Hasta ahora, en los casi dos meses que lleva en el cargo, Sotelo se limitó a advertir a los empresarios, sin adoptar medidas más drásticas. Es la primera vez que ordena el cierre de un establecimiento. Decidió hacerlo «antes de que as cousas vaian a máis», dice.
En lo que respecta a los chiringuitos, el de Areacova, ubicado en pleno arenal, ofrece noches de karaoke todos los viernes a partir de las 23.00 horas. Los vecinos denunciaron el exceso de volumen hasta la madrugada. El de Arneles, ubicado en una propiedad privada, ofrece conciertos. El pasado fin se semana fue advertido tres días consecutivos
El alcalde y los concejales de Policía y Medio Ambiente convocaron a los titulares de los distintos locales nocturnos para lanzarles una advertencia general sobre la obligación de cerrar a la hora. Sotelo dice que los convoca a todos para que el problema no quede diluido al culparse entre si de que unos cierran tarde porque lo que deberían hacerlo antes no cumplen. «Queremos que estean todos para que non haxa disculpas». añade el alcalde. El objetivo de la reunión es darle «un toque de atención» a los empresarios, afirma Sotelo, que los insta a reflexionar sobre el problema creado, ya que el retraso en el cierre provoca desórdenes en la calle, destrozos en el mobiliario urbano, ruido y denuncias vecinales.