El vicepresidente de la República Dominicana renovó vínculos
20 jul 2011 . Actualizado a las 11:30 h.«La morriña me hizo volver para renovar los afectos y sentir de nuevo el trato, la generosidad y la hospitalidad que nos dispensaron en el 2007». Con este elocuente discurso del vicepresidente de la República Dominicana, quedó ayer patente que la hermandad sellada entre A Guarda y Santo Domingo de Guzmán en el año 2005 no es de papel.
Rafael Alburquerque trasladó a la villa el «agradecimiento y el cariño que todos los dominicanos profesamos por los guardeses, por lo que han hecho y por por lo que siguen haciendo». «Allá no son para nosotros extraños, son dominicanos y han sido parte integral del desarrollo y crecimiento de la República Dominicana», afirmó ante una emocionada representación de la diáspora gallega del siglo XX. Rafael Alburquerque presidió ayer la mesa del salón de plenos flanqueado por portavoces de todos los grupos de la corporación local así como de su esposa, de Manuel Lorenzo Costa, promotor del hermanamiento y de su mujer y de los tres regidores que se sucedieron en el cargo desde 1999.
El alcalde, José Manuel Domínguez Freitas actuó también como maestro de ceremonias en la renovación de este hermanamiento. El regidor afirmó que, aunque nunca viajó a Santo Domingo se siente «muy vinculado con su tierra», recordando nombres propios de su familia que entonces tuvieron que cruzar el charco en busca de lo que no había en Galicia. «Así como los guardeses nos enamoramos de la República Dominicana, los dominicanos que conocieron o conocen esta villa también se han enamorado de ella», sostuvo ante el asentimiento del vicepresidente.
En el salón, más concejales, el patrón mayor y la vicepatrona de la Cofradía Santa Trega y otros guardeses «con el corazón partido o dividido». Carmen Vicente saludó personalmente a Alburquerque y le pidió la mejora de las instalaciones del Hogar Vida y Esperanza. En esa casa cuna se encontró Carmen a su hija, Silvia Lomba Vicente y la adoptó de meses. La pequeña, dominicana y gallega, falleció con solo diez años. Su madre sigue pendiente de que los niños de aquel centro estén en las mejores condiciones y tanto el vicepresidente como su mujer le mostraron su deferencia.
María Josefa Fernández y Andrés Machado, regresaron hace seis años tras casi medio siglo en la República Dominicana, donde tuvieron a sus tres hijos y trabajaron en el sector del comercio. «Allí nos trataron muy bien, la gente es muy buena y educadísima, pero la tierra es la tierra», destaca María Josefa, tía además de Carmen Vicente. En otro grupo, Sara García, de San Miguel de Tabagón y que emigró en 1954. Ahora tiene allá además a sus dos hijos, cinco nietos y un bisnieto. O Rosa Pacheco, que disfruta de unos días en su villa con su marido, Basilio Vicente antes de retornar a Santo Domingo el sábado.
La comitiva se desplazó después a la avenida de Santo Domingo de Guzmán, donde el grupo de gaitas Os Petóns interpretó los himnos. Almuerzo de grupo también y última noche en A Guarda. Mañana se sumará al encuentro el ministro de Industria y, con Manuel Lorenzo Costa, viajarán el viernes a Santiago de Compostela, con una apretada agenda.