Faltó la puntería para solventar con mayor claridad el ensayo ante el Atlético Valdevez, pero el Celta también se anotó el segundo ensayo con el primer gol de David Rodríguez.
El tanto del madrileño recompensó el cambio radical de los vigueses, que después de un primer tiempo plomizo, se merendaron literalmente a un rival de Segunda B. Entró por las bandas, manejó el partido con Trashorras repartiendo juego y llegó al área rival casi sin despeinarse.
El primer tiempo fue como la gaseosa. Comenzó descorchado y siguió plano. Lo único resaltable del Celta en este acto fue un remate de Perera que desvió con apuros el meta Víctor Nuno. Lo demás fue un intercambio de imprecisiones en el centro del campo con los dos equipos erráticos y tremendamente alejados de la portería rival. En medio del tedio, Edu Moya se convirtió en protagonista. El andaluz quiere aprovechar el tiempo para hacerse con la titularidad y transitó por la banda diestra protagonizando una estampida cada vez que el balón estaba en juego. Tan duro por se puso que el árbitro pidió el cambio para no expulsarle.
Tanto en uno tiempo como en otro Pepe Murcia mezcló veteranía y juventud. Como siempre, las reprimendas fueron para los jugadores del filial, especialmente para Ferrán, que jugó en la derecha, al que le espetó «como me mires así te mando para A Madroa». El cordobés no pasa una, ni en el segundo amistoso.
El segundo tiempo fue otra cosa. Con más piezas que huelen a titularidad el Celta fue más rápido, combinó más y llegó a la portería rival. Como sucediera en Portonovo Trashorras asumió el mando de las operaciones y buscó unas bandas en donde Abalo dio destellos del jugador que lleva dentro. Atrás, con Noguerol como jefe, ni un resquicio para la esperanza del Valdevez.
Con estos argumentos el Celta también se debió ganar con mayor holgura, pero la precipitación de David Rodríguez y Ghilas y el acierto de Víctor Nuno dejaron la diferencia en la mínima expresión.