Los alumnos han vuelto hoy a las clases pero en aulas improvisadas en pasillos, elcomedor, la biblioteca o el aula de informática del centro.
28 abr 2008 . Actualizado a las 19:58 h.Los técnicos de la Consellería de Educación han inspeccionado desde las 09.00 horas la seguridad del colegio Virxe do Rocío, que fue desalojado el pasado viernes después de que los alumnos percibiesen fuertes temblores en las aulas. La aparejadora y el técnico provincial recorrieron las instalaciones del centro acompañados por la directora, Ángela Novoa y aseguraron que el edificio no reviste peligro ya que no tiene daños serios.
Los alumnos de las aulas afectadas por los temblores comenzaron hoy a recibir las clases en el edificio administrativo del centro, al otro lado de la carretera, y en improvisadas aulas en espacios comunes como pasillos, el comedor, el aula de informática o la biblioteca. Aún así, la directora del centro ha dejado claro que esta medida sirve para solucionar el problema un par de días pero si no recibe un informe por escrito favorable sobre el estado del edificio no va a permitir que los alumnos sigan acudiendo al centro en estas condiciones.
Por eso, la directora del centro había decidido convocar para mañana a los padres de los 60 alumnos de primaria afectados para que decidan si mandan al colegio o no a los niños mientras no haya un informe por escrito de la Consellería de Educación pero más tarde la dirección del centro informó de que a las 13.38 horas recibió un fax de la Delegación Provincial de Educación en el que se informa que la unidad técnica de Educación no apreció la existencia de peligro en las instalaciones de Educación Primaria por lo que mañana se deberá reiniciar de nuevo la actividad docente en el área desalojada del edificio.
Todo apunta a que las máquinas que excavaban una fosa en un terreno que linda con el colegio perforaron una roca compartida por ambas parcelas. Esto causó un movimiento de tierras y provocó vibraciones en la estructura del inmueble. Los temblores asustaron a los 70 alumnos adultos de Arte Dramática y 55 niños de Primaria. Muchos sintieron mareos y vieron cómo se movían las sillas y meses «como en los terremotos». La directora ordenó desalojar el edificio de tres plantas y se negó a volver hasta que los técnicos le garantizan que los alumnos y docentes no corren peligro.