Asistentes a la XXII Festa da ostra tuvieron que aparcar en otros municipios, por falta de espacio en la villa anfitriona
07 abr 2008 . Actualizado a las 11:25 h.A auténtica historia da ostra comezou cando un cociñeiro de Soutomaior, emigrado a Roma, que chegou a ser pinche de cociña do Cesar Imperator, contoulle unha noite de muiñada, á sobrina da mulher do Cesar (que por certo tiña unha afillada que casara cun gladiador suplente que era de Monforte) que nas costas de Gallaecia había un lugar paradisíaco, chamado Arcade, onde proliferaban uns moluscos lamelibranqueos capaces de levantarlle a libido a calquera. Entón os romanos, que eran os americanos da época e cuxo deporte favorito tamén era invadir, invadiron Europa e Hispania toda co fin de poder chegar ata aquí», relataron los miembros de Fulano, Mengano e Citano.
Los humoristas, pregoneros de la fiesta de la ostra, hicieron reír a miles de personas congregadas en la carpa del puerto en la que se instalaron puestos de venta de ostras y de albariño.
Cidade da Cultura
En su actuación los vigueses Manuel Pombal, Manuel Botana y el tomiñés Suso Pando sacaron a colación diversas cuestiones de actualidad con mucha ironía. «Escribir este pregón non foi fácil. Comezamos investigando nas grandes bibliotecas vivas do mundo: Google, Yahoo, Telefonica?pero con frecuencia fallaba a cobertura. Procuramos datos sobre a ostra e a súa festa percorrendo as autoestradas da información? e case que nos arruinamos pagando peaxes. Pensamos en ir a Santiago, a consultar á Cidade da Cultura pero ainda non abriron. E nin sequera están certos de se abrirán algún día», relataron con mucha sorna.
Arribar ayer a la carpa de Arcade no fue fácil. El buen día vació los hogares de Vigo y su área metropolitana. La XXII edición de la fiesta de las ostras coincidió con el la feria de Redondela, con al fiesta de la brincadeira en Bouzas y con un día de playa en todas la Rías Baixas.
Mientras unos cogían el coche para ir a la playa, otros se montaban en la bicicleta y pedaleaban por la nacional 550. Numerosos ciclistas veían como les adelantaban domingueros ansiosos de manjares adornados con la leyenda de su poder afrodisíaco por su riqueza en vitaminas y fósforo. Pero al llegar a la recta de Arcade muchos automovilistas lamentaban de no haber madrugado más. No había sitio en todo el municipio y alguno tuvo que cruzar el puente de hierro que separa la localidad de la vecina Vilaboa para encontrar un aparcamiento.
Entre los visitantes había muchas personas procedentes de otras villas y ciudades. «Venimos y nos llevamos las ostras a casa», contaba una vecina de Ponte Caldelas.
Press catching
Las estimaciones iniciales del alcalde hablaban de 30.000 asistentes y 100.000 unidades vendidas. «Yo no soy tan optimista», dijo el edil Francisco Iglesias, que redujo ligeramente las cifras calculando entre 20 y 25.000 personas. Y es que la oferta de ocio en un día soleado como ayer hizo mella ,y el «enfriamiento económico», en palabras del concejal, también se dejó notar. Lo atestiguaban titulares de diferentes puestos que acudieron al calor del festival gastronómico. «Este año ha habido menos venta que el año pasado», afirmaba Francisco Rey Mourelle, que regenta un puesto de rosquillas y que ayer miraba con envidia como la pulpeira cercana recibía más visitantes. Había otros puestos de comida con churrasco, tortillas y otras viandas para los que mantienen cierta prevención con los bivalvos crudos. También se instalaron casetas con mercancías diversas: desde ponchos indios a pan de cea o camisetas de press catching.