La falta de puntería privó al Celta B de dar un salto en la tabla clasificatoria. Los celestes pasaron por encima de un ultradefensivo Lanzarote en el primer tiempo, pero desperdiciaron ocasiones con la portería vacía y el cuadro conejero acabó empatando en el segundo acto en una contra. Cuatro equipos canarios han pasado por Barreiro y todos ellos se han llevado un punto después de empatar a un gol.
El partido de ayer debió quedar visto para sentencia antes del descanso. Aunque el filial comenzó frío y sin su empuje clásico no tardó ni 20 minutos en abrir la lata. En una buena apertura a la banda derecha un centro de Dani Abalo permitió a Michu marcar después de un rechace.
El tanto no empujó al Lanzarote hacia el ataque pero le creó tal empanada mental en defensa que los celestes encontraron vías de agua por la derecha y por el centro. A base de fútbol de triangulaciones y de paredes, Michu llegó con un balón hasta la misma línea que sacó un defensa, Iago Aspas marró a portería vacía después de un tiralíneas, Maric avisó a balón parado y hasta el defensa Adrián estuvo a punto de marcar en primera meta. Pero los vigueses indultaron al Lanzarote, que en el segundo tiempo con un par de cambios caseros mejoró su imagen y se aprovechó de una contra para empatar por medio de Toñito.
Tras la igualada el partido entró en un intercambio de golpes del que debió salir ganador el filial vigués, pero el palo neutralizó la mejor ocasión, un testarazo de Maric. También la tuvo Michu y Mateo en sendas penetraciones por el centro, pero era el día del perdón y de Marino, que lo paró todo. Tantas opciones dilapidaron los vigueses que al final incluso tuvieron que dar por bueno el empate porque Sergio sacó una volea de Fredrick y porque el larguero repelió un disparo de Aníbal. Hubiese sido demasiado injusto.