La lectura de los medios de comunicación a los diversos cambios que se han producido en la estructura del Celta, es algo alarmista a juicio de Ricardo Barros. El vicepresidente céltico entiende que las modificaciones de personal que se han producido eran necesarias. Además invita a un período corto de espera para desvelar nuevos datos sobre la situación de los trabajadores que han dejado el club. En la asamblea de accionistas que tendrá lugar antes de final de año, confían en dar todas las explicaciones sobre las salidas que se han producido desde el pasado mes de junio.
«Se han hecho muchos cambios y nadie ha dicho que a lo mejor eran necesarios. Ahora aparecemos como los pistoleros y cuando pase la asamblea y todo el mundo vea lo que hay, entonces hablaremos. Parece que no estamos haciendo nada y a lo mejor estamos haciendo de más. Algún día la gente se dará cuenta de muchas cosas».
La marcha de Hristo Stoichkov y la entrada de López Caro ha servido para darle al club un toque de seriedad. Barros admite que lo ideal hubiese sido comenzar la andadura de este Consejo con los pasos de ahora adelantados. «Sin lugar a duda esta imagen de seriedad es la que nos hubiese gustado tener desde el primer día, pero cuando uno empieza un proyecto tiene que ir moldeándolo. Todos esos despidos del mundo divino, hay que ver que lo hizo este Consejo nuevo y que si hubiese sido otro, haría lo mismo o peor».
El vicepresidente céltico es junto al propio Carlos Mouriño el único consejero que permanece en el club desde la salida de Horacio Gómez de la presidencia del Celta hace un año y medio.