El traumático traslado del Xeral hace un cuarto de siglo dejó a la calle sin un pulso ahora recuperado; la zona es más sosegada, tiene viviendas de calidad, un Pombal sin prostitución, un centro de salud, espacios culturales y deportivos renovados y una residencia universitaria que resuelve una gigantesca ruina
Se traduce en una pérdida de inversiones de 60.000 millones por no poder atenderse las peticiones de conexión de la industria electrointensiva y los centros de datos